Lun 05.02.2007
libero

FúTBOL › EL SUBCAMPEON ESTA MUCHO MEJOR DE LO QUE PARECE

BOCA

El repaso de los nombres línea por línea permite concluir que el equipo que ahora dirige Miguel Russo tiene plantel más que suficiente para pelear bien arriba el Clausura y la Copa Libertadores. Y sufrirá menos presiones que las que padecen otros candidatos.

› Por Juan José Panno

Si mal se mira, es decir si sólo se pone el ojo en lo ocurrido en la pretemporada, Boca no tiene casi ninguna chance de salir campeón del Clausura. El equipo que ahora dirige Miguel Angel Russo mostró en Mar del Plata y Mendoza, especialmente en los partidos contra River, una exasperante lentitud, muy pocas ideas y una marcada fragilidad defensiva. Si a esto le sumamos que no hubo una gran renovación y que, por lo tanto, la mayoría de los integrantes del plantel carga con el tremendo peso de la frustración por lo que les ocurrió, el panorama se ensombrece aún más. Otro dato en contra es el fracaso en las negociaciones para conseguir el pase del volante creativo Leandro Gracián, un jugador de verdadera jerarquía, especie de niño mimado del entrenador, que lo tenía todo para alcanzar en Boca el nivel que había alcanzado en Vélez.

Sin embargo, una mirada menos superficial puede permitir el trazado de un panorama muy diferente. Si se compara el potencial ofensivo de Boca con el de sus competidores en el torneo a punto de comenzar, quedarán claras las distancias.

River –que se quedó sin Higuaín– tiene a Farías, Falcao y Marco Ruben; Estudiantes cuenta con Calderón, Pavone y Lugüercio; San Lorenzo tiene a Lavezzi y Silvera, pero sin respaldo en el banco; Independiente se las arreglará con Montenegro (un 10-9) y Denis; Racing deberá rebuscárselas con Bergessio y el Piojo López (que es una incógnita y que venía en caída libre en México); Vélez cuenta con Castromán, Balvorín y Mauro Zárate.

Y Boca, un escalón por encima de todos estos equipos, tiene a Rodrigo Palacio y a Martín Palermo y ahora, como primera variante, a Bruno Marioni, que está en plenitud y fue goleador del Toluca y del torneo mexicano. Por supuesto que Miguel Angel Russo no los va a poner a los tres juntos, pero Marioni es una alternativa valiosa para los segundos tiempos y las circunstancias adversas. Ya se sabe que Palacio está muy lejos de aquel que deslumbrara en la primera mitad de 2006, pero el entrenador seguramente sabrá cómo recuperarlo anímica y físicamente para que rinda en la exacta medida de sus enormes posibilidades. Palermo sigue conservando su olfato goleador y su capacidad para definir en pelotazos aéreos, a pesar de que muchos lo consideren un ex jugador y quieran jubilarlo antes de tiempo. A los 33 años, Palermo todavía puede darle nuevas satisfacciones a su club.

Los poderosos delanteros de Boca, aun funcionando en el máximo registro, poco podrán hacer sin un mediocampo que genere juego y les deje la pelotita redonda. Con el Coco Basile actuaban Ledesma, Gago, Neri Cardozo y Marino; con La Volpe, más ofensivo todavía, llegaron a jugar Gago, Ledesma, Cardozo y Dátolo; y ahora con Russo empezarán jugando posiblemente Orteman, Battaglia, Neri Cardozo y Guillermo Barros Schelotto, que trata de acomodarse como volante.

Muy por debajo de las posibilidades de equipos como River –que nada en abundancia con Belluschi y Ponzio–, Russo deberá compensar el déficit de técnica individual con un buen funcionamiento colectivo, algo a lo que el entrenador está muy acostumbrado. O en todo caso deberá presionar sobre los dirigentes para que se pongan las pilas antes del cierre del libro de pases y consigan un volante creativo que haga recordar a Federico Insúa.

Guillermo Barros Schelotto, eterno ídolo de los hinchas boquenses, pone su mejor buena voluntad para cumplir con la misión de darle un poco de claridad al medio juego de su equipo, pero no parece el futuro asegurado en el primer equipo. Ledesma (que no puede jugar en la primera fecha porque está expulsado) seguramente terminará ganándose un lugar en el equipo. Dátolo y Marino (hoy lesionado) estarán en la lista de espera. Si Neri Cardozo retoma la velocidad crucero y sigue madurando, y si el juvenil Ever Banega aprovecha las oportunidades que seguramente se le presentarán, Boca podrá armar un interesante mediocampo.

En el fondo, Boca tiene oficio y experiencia con Ibarra, Maidana, Cata Díaz y Morel Rodríguez. Silvestre (relegado al banco por Maidana), Cahais (que jugó bien en el juvenil), Clemente Rodríguez (que todavía está en Rusia, pero cuando aterrice puede rendir) y Krupoviesa (que tiene todavía para un rato largo) conforman un bloque de reserva muy sólido.

En el arco, Boca sigue extrañando al Pato Abbondanzieri; pero da la sensación de que Mauricio Caranta ofrece más garantías de las que daba Aldo Bobadilla, un buen atajador que generaba desconfianza entre sus compañeros. No sería justo cargar solamente en la cuenta de Bobadilla las frustraciones que sufrió Boca en el último tramo del certamen anterior, pero sí debe acordarse que le cabe una parte de responsabilidad. Con el ex Instituto, ex Santos Laguna de México, y con Migliore, Boca tiene, en apariencia, bien protegido el arco.

El repaso de los nombres línea por línea permite concluir que Boca tiene plantel más que suficiente para pelear bien arriba el Clausura y la Copa Libertadores. Con buen plantel, con menos presiones que las que padece River (candidato de antemano, obligado a ganar algo alguna vez y no sólo conformarse con eventuales desgracias ajenas), Boca está mejor de lo que parece. Mucho mejor.

CHANCES

8/10

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