A Russo le faltó timing

Mientras Boca ganaba y dominaba, Miguel Angel Russo habló poco y dejó jugar. Pero cuando el trámite se le volvió desfavorable y River amenazaba con llevarse la victoria no tuvo respuestas. Demoró hasta el hartazgo el ingreso del delantero Guillermo Barros Schelotto, a quien el público local pedía para cambiar el rumbo. Cuando comenzaba a correr el último cuarto de hora, el ingreso de Mellizo parecía ser la mejor alternativa para intentar ganar el partido. A un costado, el Mellizo se cansó de preguntarle la hora al línea, y se consumía de bronca. Russo recién lo mandó al campo faltando cinco minutos: resultó poco para jugar y menos para la despedida que el jugador comienza a transitar antes de emigrar al fútbol estadounidense.

Passarella, en el entretiempo

Daniel Passarella volvió a apostar por el esquema que adoptó desde principio de año ante su rival clásico, a pesar de los pocos resultados que le viene ofreciendo. Es indudable que el técnico tuvo mucha actividad en el entretiempo, debido a que el equipo salió a jugar la segunda parte con otra actitud y otra predisposición para revertir el resultado. El sistema de dos volantes centrales y sin enlace clásico no le dio respuestas en el primer tiempo, ya que Boca lo superó ampliamente en todos los sectores de la cancha, y los jugadores parecían descolocados dentro del campo de juego. Los cambios que realizó no tuvieron relevancia en el desarrollo.