El estigma de River fuera del estadio Monumental continúa creciendo. Un nuevo golpe, esta vez en Victoria, sufrió frente a Tigre ayer por la mañana, y se alejó ahora un poco más de la cima. Pero, más allá de la derrota, lo preocupante es que el equipo volvió a ofrecer una de sus peores imágenes, y nuevamente llevó al extremo más doloroso la ilusión de su gente, que después del triunfo claro ante Lanús había recuperado las mejores sensaciones. De manera similar a lo que le sucedió el último miércoles en Río de Janeiro, River no logró tener la iniciativa del juego, y sus fuerzas anímicas se fueron desvaneciendo a gran velocidad. Para colmo, esta vez tuvo enfrente a un rival con conceptos claros, y que no dudó en el momento de definir.

La primera sorpresa del día fue la reaparición como titular en el campeonato del arquero Juan Pablo Carrizo. En principio, el técnico Daniel Passarella sólo lo iba a hacer jugar en la Copa Sudamericana. Además, el nivel de Juan Ojeda –que sólo mostró algunas dudas ante Arsenal– no daba indicios de que podía perder el puesto. Y esta apuesta no le salió bien al conductor, debido a que Carrizo exhibió un rendimiento bajo, e inclusive se lo vio falto de reacción en dos de los goles de Tigre.

La insistencia por ubicar a Leonardo Ponzio en el lateral derecho de la defensa tampoco fue productivo. El volante casi no pasó la mitad de la cancha, y estuvo dubitativo en el momento de marcar. Para colmo, la dupla central no dio seguridad durante todo el encuentro. Nicolás Sánchez no fue el de los partidos anteriores, y una pérdida de la pelota ante Ereros casi termina en gol local. A su lado, Gerlo volvía a jugar desde el inicio luego de un tiempo prolongado, pero está muy lejos de ser una solución.

Una de las fallas que tuvo River en Brasil fue la falta de un enlace, para poder ordenar el juego ofensivo. Ortega estuvo ayer después del descanso entre semana, pero su imprecisión fue alarmante. A diferencia de todo lo bueno que había hecho ante Lanús, careció de claridad para habilitar a sus compañeros, y también se excedió en la tenencia de la pelota, lo que facilitó la tarea de sus marcadores. El jujeño finalizó su amanecer gris con una expulsión cerca del final, luego de descargar su bronca con una fuerte infracción sobre un rival.

Sólo Ahumada tuvo presencia en el mediocampo, y ni siquiera Fernández y Falcao pudieron juntarse por la derecha para ofrecer combinaciones de riesgo. El punto culminante del momento que vive River lo puso el ingresado René Lima, que a los dos minutos de estar en la cancha también recibió una tarjeta roja por juego brusco.

Cuando se ha jugado ya la mitad del torneo, River continúa con los mismos problemas que trae desde hace varios meses. La diferencia ante Tigre pudo haber sido más abultada, y el camino a recorrer no se vislumbra con nitidez. El propio entrenador, por lo que se ve en la cancha, tampoco parece encontrar la dirección adecuada. Y el tiempo que se autoimpuso le empezó a jugar en contra.

Estadio: Tigre.

Arbitro: Saúl Laverni.

Goles: 9m R. Martínez (T), 60m Giménez (T), 61 y 84m Ayala (T), 66m Ruben (R).

Cambios: 10m Ruben (5) por A. Sánchez (R), 68m Paparatto por Lázzaro (T), 73m Suárez por Ereros (T), 83m Torres por M. Giménez (T), 89m Lima por A. Fernández (R).

Incidencias: 85m, expulsado Ortega (R); 90m, expulsado Lima (R).