Lunes, 26 de noviembre de 2007 | Hoy
FúTBOL › ARSENAL SE DIO EL GUSTO DE VOLTEAR A OTRO GRANDE
Clara y merecida victoria del equipo de Alfaro. Boca mostró la imagen de la impotencia en el primer tiempo y, aunque mejoró un poco en el segundo, no pudo empatar.
Por Juan José Panno
La noche en la que Arsenal se clasificó para jugar la final de la Copa Sudamericana, los fanas boquenses se alegraron por partida doble: la eliminación de River y la sospecha de que como el equipo de Sarandí seguía en carrera, iba a poner suplentes en el encuentro contra Boca. No contaban con la audacia de Alfaro, que puso a los titulares y los estimuló para que se comieran otro pescado grande. Los hinchas de Boca ya no podrán burlarse de los de River hablando del equipo de Sárandi confundiéndolo deliberadamente con en el Arsenal (con acento en la primera “a”) de Londres: corren el peligro de recibir un cachetazo de contra. Después de todo, en ninguno de los dos partidos de la Sudamericana los de la banda no la pasaron tan mal como los boquenses ayer, en los primeros 45 minutos de su partido ante Arsenal, que, por momentos, desplegó un juego digno del cuadro inglés.
La ausencia con aviso de Banega, la floja actuación de Battaglia, y el barullo de Ledesma y Alvaro González, que cambiaron de carril pero nunca encontraron un lugar, favorecieron el lucimiento de los rivales. Bien parados San Martín y Casteglione en el círculo central, escoltados por Villar en la derecha y Yacuzzi por la izquierda, el duelo del medio lo ganó Arsenal con el simple expediente de ocupar mejor los espacios. Controlado uno de los puntos centrales del juego, empezó a descubrir que sus posibilidades ofensivas crecían en la medida en que la pelota le llegaba limpita al hábil y movedizo Facu Gómez, y los defensores de Boca temblaban en los pelotazos cruzados. Y como atrás no había mayores problemas porque Mosquera se las arreglaba con Palermo y sólo Palacio inquietaba un poco, Arsenal inclinó primero la cancha y después la balanza de los merecimientos.
Los datos que marcan la distancia que separó al sólido Arsenal del endeble Boca en ese primer tiempo son contundentes:
- Dos goles contra ninguno.
- Siete situaciones de gol contra una.
- Varias actuaciones destacadas contra una.
- Quince cabezazos a tres en las dos áreas.
El único que se destacó en Boca fue Caranta, que sacó varias pelotas muy difíciles, entre las que hay que contar un cabezazo hacia abajo de Calderón, debajo del arco, que solucionó con el pie, con notables reflejos, y una triple salvada en la que expuso su gran variedad de recursos. En el otro extremo aparece Gracián, que nunca asumió el rol de conductor y cuando se animó a patear al arco le salieron un par de masitas.
En el entretiempo, Miguel Angel Russo decidió tres cambios. Se fueron Gracián, Ledesma y Battaglia, y entraron Vargas, Bueno y Bertolo. Pero el cambio fundamental fue el de las actitudes. La mezcla de un equipo abroquelado que prácticamente renuncia a atacar y otro lanzado a la carga desesperada dio pie a otro partido muy diferente. El rejuntado con varios jugadores que actuaron poco y nada en el campeonato, pero tenían muchas ganas de mostrarse, consiguió que la pelota circulara muy cerca de Cuenca. Descontó Bueno, en sociedad uruguaya con González, casi empata Palacio en una jugada en la que le cometieron un penal que no cobró el clown Lunati y hubo varios revolcones del arquero, pero la chapa no se movió.
Ganó merecidamente el poderoso Arsenal. Otra vez hay fiesta en Sárandi.
Estadio: Arsenal.
Arbitro: Pablo Lunati.
Goles: 21m San Martín (A) y 41m Gómez (A); 75m Bueno (B).
Cambios: 46m Bertolo (6) por Battaglia (B), Vargas (7) por Ledesma (B) y Bueno (6) por Gracián (B), 65m Garnier por Villar (A), 70m Raymonda por Gómez (A) y 77m Andrizzi por Calderón (A).
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