Lunes, 26 de noviembre de 2007 | Hoy
FúTBOL › LLEGA RIQUELME PARA CONCRETAR SU REINCORPORACION
Por Facundo Martínez
Los hinchas, los dirigentes y hasta los jugadores de Boca, a juzgar por la producción durante la tarde de ayer frente a Arsenal, están esperando ansiosos la reincorporación de Juan Román Riquelme al club, que podría concretarse entre mañana y pasado, cuando el jugador arribe al país junto a los dirigentes de Villarreal que vienen a finiquitar el asunto de los papeles del traspaso. Pero su llegada no habilita al jugador a disputar el Mundial de Clubes en Japón, por ahora el único objetivo en pie de los tres con los que arrancó el semestre. Para eso debe prosperar el recurso presentado por Boca ante la FIFA, para incluir a Riquelme en la nómina ya presentada. No será fácil, porque, se sabe, al organismo rector del fútbol no le gusta manosear sus propias reglas.
Para los hinchas de Boca, la vuelta de Riquelme, el jugador emblema del ciclo más exitoso en la historia del club, representa la mejor noticia de Boca en esta segunda mitad del año. De su mano, Boca ganó la última edición de la Copa Libertadores, siendo el volante la pieza fundamental de un equipo que funcionaba a la perfección y que no dejaba de ser protagonista en ninguna de las canchas donde se presentaba.
Para los dirigentes, el regreso de Riquelme es una bocanada de aire fresco. Es que el plantel boquense, desde su partida en junio, cuando no hubo acuerdo entre Boca y Villarreal por la extensión del préstamo, viene perdiendo peso, y su presencia en el codiciado Mundial de Clubes sería una carta de triunfo que en estos momentos Boca no tiene. De ahí el monto global la operación de retorno, que alcanza los nueve millones de euros, un precio record para el mercado local, que incluso puede llegar a disparar los valores de los contratos del resto de los jugadores boquenses.
Pero, por el momento, la presencia de Riquelme en el Mundial de Japón no es posible. La FIFA no autorizó a Boca a inscribir al volante, porque antes también se había negado a un pedido similar de Pachuca, de México, y porque el propio Milan, otro equipo poderoso que disputará el Mundial, también puso el grito en cielo ante la intentona de los xeneizes de vender entre gallos y medianoche a Bruno Urribarri a un grupo empresario que lo colocaría en Francia, para liberar una plaza en la nómina. Si el pedido no prospera, por Riquelme volverían a subir a la lista al volante Jesús Dátolo, quien luego de ser titular durante diez partidos en el presente torneo, había cedido su puesto en la lista al colombiano Fabián Vargas, quien desde su regreso a Boca, curiosamente, suma poco más de una hora de juego, con los 45 minutos que sumó ayer frente a Arsenal.
Y para los jugadores, el retorno de Riquelme es clave para mejorar el juego del equipo. Quedó demostrado con el correr de los partidos que no es sencillo reemplazar a Riquelme. Lo hizo en su momento Federico Insúa, pero hubo que esperarlo hasta encontrar al jugador que terminó siendo clave en las formaciones de Alfio Basile. En cambio, el sustituto que le encontró Miguel Angel Russo, el Tano Leandro Gracián, estuvo lejos, muy lejos de lograrlo. Apenas en sus dos primeros partidos el ex Vélez generó la ilusión: el resto no fue más que frustración, hasta terminar calentando el banco de suplentes. Y por si quedaban dudas, la actuación de Gracián, ayer frente a Arsenal, fue bastante penosa, y eso que el volante tenía una nueva oportunidad para mostrarse, para ganarse un lugar entre los titulares y acaso ser la figura que Boca necesita para hacer pie en el Mundial de Clubes, si finalmente no juega Riquelme.
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