Lunes, 19 de mayo de 2008 | Hoy
FúTBOL › RIVER SE CAYó DE LA PUNTA AL NO PODER SUPERAR A INDEPENDIENTE COMO VISITANTE
Al conjunto de Avellaneda también le hacía falta la victoria para seguir peleando el título y, aunque jugó un poquito mejor que su rival, no logró desnivelar. Simeone estrenó otro nuevo dibujo táctico, sumando a la confusión general.
Por Adrián De Benedictis
Hay situaciones en las que suelen aparecer argumentos que inclinan la proyección de un equipo. Tanto River como Independiente tenían ayer la posibilidad de exhibir hasta qué punto pueden llegar sus aspiraciones de quedarse con este campeonato. Y luego del empate sin goles en Avellaneda, los hinchas de ambos sufrieron un sacudón a sus ilusiones de alcanzar la cima. La igualdad no sólo no benefició a ninguno, sino que les hizo ver que su realidad les impide imaginar un panorama mejor.
Las cuestiones anímicas también influyen en ciertos momentos. Y aquí había diferencias a favor del local. Mientras River llegaba en medio de una semana llena de polémicas y acusaciones cruzadas, a pesar de que se encontraba en la punta del torneo, Independiente venía de ganar un clásico (sobre San Lorenzo) después de mucho tiempo, y con el envión del arribo de Claudio Borghi a la conducción. Pero eso casi no se notó en el desarrollo del juego, en el cual también se repartieron la iniciativa.
Para River, lograr el triunfo era trascendental, teniendo en cuenta que Estudiantes había ganado el sábado y se había ubicado en lo más alto. Por ello fue curiosa la decisión que tuvo el entrenador Diego Simeone, que por primera vez en el certamen ubicó un líbero (Ponzio) y dos stoppers (Nicolás Sánchez y Cabral) para afrontar este compromiso. El cuestionamiento no tiene que ver con la opción defensiva, sino con la poca preparación que tenía este sistema en el equipo. De esa manera, Independiente se dio cuenta de que River no tenía un lateral izquierdo natural y explotó ese sector para incursionar cerca del área de Carrizo.
La mayor preocupación de River pasaba por anular a los jugadores rivales y no tenía claridad para crear en ofensiva. La primera situación de riesgo fue para Independiente, y Pusineri no pudo convertir luego de varios rebotes en el área, porque Carrizo apareció justo en la línea para atrapar la pelota. El local volvió a tener otra chance con un cabezazo de Montenegro, luego de otro desborde de Machín por la derecha.
Si River sufría confusión en el primer tiempo, los inconvenientes crecieron en la segunda parte. Ni siquiera el ingreso de Ortega –sin velocidad ni reacción– pudo darle más protagonismo al equipo, y el desorden fue mayor cuando Ahumada se fue lesionado y los cambios posicionales terminaron de limitar a muchos jugadores. El ejemplo más fiel fue Falcao, que finalizó como volante por la derecha, pero con la orden de perseguir a Oyola, y así su capacidad se recortaba demasiado.
En Independiente, Sosa tuvo tres chances para marcar un gol, pero no acertó en ninguna. Y Vitti también estuvo cerca, pero su zurdazo salió al lado del palo. En todo el encuentro, River construyó una sola acción combinada, y Assmann pudo despejar el cabezazo de Abreu. En la otra, de tiro libre, Ortega la tiró cerca del palo izquierdo.
Como todo puede suceder en los cuatro partidos que le faltan al torneo, continúa la posibilidad de que alguno de los dos pueda consagrarse al final del camino. Pero las carencias que poseen será el escollo más difícil que tengan que superar.
Estadio: Racing (local Independiente).
Arbitro: Saúl Laverni.
Cambios: 45m Sosa (5) por Montenegro (I); 7m Ortega (5) por A. Fernández (R); 63m Oyola por Machín (I); 67m Vitti por Ledesma (I); 28m. A. Sánchez por Ahumada (R).
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