Lunes, 19 de mayo de 2008 | Hoy
CONTRATAPA › RAFAEL NADAL VOLVIó A VENCER A ROGER FEDERER
En polvo de ladrillo, no hay dudas. Como hace tres semanas en Montecarlo, el español batió al suizo en la final de un Masters Series, en este caso en Hamburgo, puso 10-6 el historial particular y reafirma su candidatura para Roland Garros, que arranca la próxima semana.
Rafael Nadal subrayó que es el rey del polvo de ladrillo al adjudicarse el torneo de tenis de Hamburgo, derrotando en la final al número uno del mundo, el suizo Roger Federer, 7-5, 6-7 (3-7), 6-3. Nadal se tomó revancha de esta manera de la derrota que sufrió ante Federer el año pasado en el mismo escenario, cuando el suizo le cortó la racha de 81 partidos invictos sobre esa superficie.
Es el primer título de Nadal en Hamburgo, y el tercero del año después de Montecarlo, en el que también le ganó en la final al número uno, y Barcelona. En total tiene ahora 26 títulos. Después de la caída con Juan Carlos Ferrero en Roma, recuperó su nivel cuando faltan siete días para comenzar “su” torneo de Roland Garros, para imponerse en la semifinal al número 3 mundial, el serbio Novak Djokovic, y ayer a Federer.
El que tomó la iniciativa del encuentro fue Federer, que en los primeros juegos apabulló a un desconcentrado Nadal, llegando a sacarle una ventaja de 5-1. Ante la desesperación, el español gritó pausa y requirió tratamiento médico por una molestia en el muslo derecho. Todo parecía que estaba acabado para el mallorquí. Su tío y entrenador, Toni Nadal, hizo incluso en esos momentos gestos de que no iba más.
Pero, tras varios minutos de atención, Nadal volvió a la cancha y, moviéndose con cuidado y buscando definiciones rápidas, empezó a colocar sus tiros con una precisión que no había tenido antes. Federer se mostró irritado, perdió la línea, entregó su servicio tres veces seguidas y permitió que el español iniciara una remontada espectacular que culminó con un 7-5 tras una hora de juego.
El segundo set empezó con el quiebre recíproco de los primeros servicios, con Federer recuperando la calma y el autocontrol. Sacó de nuevo ventaja rápidamente para colocarse arriba 5-2. Sin embargo, volvió a aparecer Nadal y con fuerza, decisión y coraje, emparejó para el 5-5. Pero el público quería un alargue y el suizo se lo dio, decidiendo el “tie-break” a su favor. Llevaban jugando ya más de dos horas.
La definición en el tercero fue un poco más clara, pero no tanto, jugando ambos a gran nivel y manteniendo un altísimo grado de suspenso. Nadal quebró para el 3-1 y defendió la ventaja para redondearlo en el 6-3 final que cerró con su primera pelota de partido con un revés cruzado tras 2 horas y 52 minutos de juego. Fue el momento en que Nadal cayó de rodillas sobre el polvo naranja.
“Esta victoria es algo muy especial para mí, me da un poco de pena por Roger, puesto que jugó muy bien hoy”, declaró Nadal. “La diferencia entre la derrota y la victoria en esta final fue mínima –apuntó el suizo—. Todo comenzó muy bien y muchos pensaron que se iba a terminar pronto, pero se vio que Rafa tuvo que entrar primero en calor para estar en el partido”, dijo Federer, aceptando que estaba “muy decepcionado por haber perdido”. Pero de inmediato lanzó el guante: “En París las cartas volverán a darse de nuevo y ahí veremos”.
Con este triunfo, Nadal se une al brasileño Gustavo Kuerten y al chileno Marcelo Ríos, los únicos que lograron ganar los tres Masters Series sobre polvo de ladrillo: Montecarlo, Roma y Hamburgo.
El dominio del número dos del mundo sobre esta superficie queda plasmado en la impresionante serie de 108 triunfos en 110 partidos, desde el torneo de Montecarlo en 2005. Las únicas derrotas fueron, justamente, ante Federer el año pasado en Hamburgo y la semana pasada ante su compatriota Juan Carlos Ferrero en Roma, cuando sufrió serios problemas de ampollas en los pies por primera vez en su trayectoria.
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