A pesar de que todavía permanece la alegría por el título conseguido luego de cuatro años, River no puede terminar de disfrutar el éxito de manera completa. El último ídolo de la institución, Ariel Ortega, remarcó ayer que se irá del club luego de otro desencuentro con el cuerpo técnico que encabeza Diego Simeone. El futbolista decidió dejar la concentración un rato antes de enfrentar a Banfield, en el que fue el último encuentro del torneo Clausura. Después de que Simeone le comunicó que quedaba desafectado para enfrentar al conjunto del Sur, el jugador decidió abandonar al resto del plantel para retirarse a su domicilio. Según versiones, cuando se enteró de lo que había decidido Ortega, Simeone le contestó: “Hacé lo que quieras”.

La relación entre ambos viene deteriorada desde hace tiempo, a partir de las ausencias de Ortega a algunos entrenamientos, debido a las recaídas que sufre por su adicción al alcohol. La última falta de Ortega, hace dos semanas, luego de haber obtenido el campeonato, molestó mucho a Simeone. En este caso, el entrenador no lo vio bien al jugador en la práctica del sábado, antes de quedar concentrado, y eso inclinó la balanza para que no lo tenga en cuenta para el partido final.

Antes del comienzo del encuentro de ayer, mientras el equipo se encontraba en el estadio Florencio Sola, el jujeño daba su versión de lo sucedido: “Tengo una pésima relación con el cuerpo técnico y estoy cansado de que me ‘forreen’. Queda claro que no me voy de River porque quiera sino porque tengo que hacerlo”. Y agregó: “Esta semana seguramente me juntaré con el presidente (José María Aguilar) para encontrar la mejor forma de irme. Creo que va a ser lo mejor porque no tengo buena relación con Simeone”.

Aguilar se reuniría entre hoy y mañana con Ortega para tratar de convencerlo de que revea su posición y siga en River. El presidente también dialogará con Simeone para no hablar sólo de los refuerzos sino para llegar a un acuerdo y que acepte a Ortega en el grupo.

La dirigencia tuvo una jugada política con relación a este tema, cuando decidió hace diez días renovarle el contrato a Ortega por dos años, aun sabiendo de los conflictos que tenía con Simeone. La determinación tiene que ver con el costo que significaría para la directiva despedir al jugador más emblemático que tiene River, con los perjuicios que eso le provocaría, teniendo en cuenta que a fines del año que viene habrá elecciones presidenciales. En el caso de que Ortega no continúe en el club, los dirigentes pretenden que el técnico sea el encargado de asumir todo el compromiso.

“Estamos contentos por el campeonato y éste es un momento poco feliz. Todos queremos que Ortega se quede en River, no tiene precio y haremos lo posible para que se quede en el club”, aseguró ayer Aguilar.

Por su parte, Ortega subrayó: “Los periodistas sólo cuentan una parte y no dicen nada del cuerpo técnico. Yo me hago cargo de una parte, nada más. Es mentira que no llegué en condiciones el sábado a la práctica. Hoy (ayer), cuando él dijo la lista, dio sus excusas y yo no coincidí con las explicaciones del cuerpo técnico. Quiero aclarar que con mis compañeros está todo bien”.

Cuando todos los hinchas de River, que corearon su nombre antes del inicio del segundo tiempo, esperaban para festejar con el hombre más respetado, la caravana desde el centro hacia Núñez tuvo una ausencia significativa. Ariel Ortega volvió a perderse con otra gambeta, y tal vez fue una de las últimas con la camiseta de River.

Estadio: Banfield.

Arbitro: Pablo Lunati.

Goles: 42m y 50m Cvitanich (B), el segundo de penal; 70m y 86m, Falcao (R); 83m, Abelairas (R).

Cambios: 5m, Dos Santos (5) por Sanguinetti (B); 57m, Rosales (4) por Ferrari (R); 63m, Ponzio por Archubi (R); 76m, A. Sánchez por Fernández (R).

Incidencia: 87m, expulsado Pío (B).