A Claudio Borghi nunca le interesó el cuadrangular de invierno. Es más: amagó con ponerle la reserva a Gimnasia. El presidente Julio Comparada lo disuadió de que no convenía sabotear un torneo organizado por Torneos y Competencias. Pero de todas formas le bajó el precio al partido. Independiente salió ayer a la cancha con sólo una de sus siete incorporaciones, Darío Gandín, desde el arranque y otras dos, Emanuel Centurión y Federico Higuaín, en el banco, donde además sentó cinco de los siete suplentes posibles. Resulta imposible, entonces, sacar conclusiones a futuro a partir del 1-0 que puso a los rojos en la final de pasado mañana, miércoles, ante San Lorenzo en Mar del Plata. Tendrá otra cara Independiente, sin dudas, cuando la pelota empiece a rodar en serio por la Copa Su- damericana y el torneo Apertura. Y tendrá poco que ver con ésta.

Además, su victoria es un gesto exagerado. No debió haber ganado Independiente. Jugó un primer tiempo desalentador, en el que le costó acertar tres pases seguidos y siempre lo vio de lejos a Sessa. Y apenas se arrimó a lo que Borghi pretende en el primer cuarto de hora de la segunda etapa, luego del volantazo que el técnico dio en el intervalo, sacándolos a Caracoche, Di Gregorio y Gandín, poniéndolos a Calello, Centurión y Federico Higuaín y pasando a defender con línea de tres.

En esos quince minutos, manejó un poco mejor la pelota, exigió dos buenas atajadas de Sessa y consiguió su gol (corner desde la derecha de Higuaín y media vuelta cruzada de Montenegro). Después lo sacó a Montenegro por Patricio Rodríguez, se quedó con 10 jugadores (se lesionó Ledesma y todos los cambios se habían agotado) y se limitó a esperar y a jugar de contraataque. Pudieron haberle empatado. Assmann le tapó una entrada a Messera, más tarde Me-ssera estampó un remate en el travesaño y, por último, Sosa cabeceó afuera cuando estaba libre en el segundo palo. Pero también pudo haber ganado por más. Sobre el final, Patricio Rodríguez desperdició dos escapadas a manos de Se-ssa. De los nuevos, Gandín defraudó, Centurión aportó alguna subida interesante por la izquierda, y Federico Higuaín se juntó con Montenegro para armar algunos circuitos interesantes de toque. Luego, lo dicho: antes del martes 5 de agosto, cuando Independiente enfrentará a Estudiantes por la Sudamericana, no podrá saberse para que están los rojos.

Gimnasia se marchó con el sabor amargo de una nueva derrota. Pero, al menos, mostró cierta evolución respecto de aquel equipo que jugó tan mal en el Clausura. Hubo orden, intención de que la pelota fluyera por los costados, en el primer tiempo, rigurosidad para apretar y recobrar la pelota en el medio y en el segundo, versatilidad para adaptarse a diferentes dibujos. Le faltaron justeza para resolver sus situaciones y una prestación más continua de Messera en el armado. No debió haber perdido. Pero perdió y eso molesta cuando se aproxima la hora de la lucha por quedarse en Primera.

Estadio: Ciudad de La Plata.

Arbitro: Federico Beligoy.

Gol: 61m Montenegro (I).

Cambios: 46m Calello por Caracoche (I), Centurión por Di Gregorio (I) y F. Higuaín por Gandín (I), 56m Lima por Aued (G), 61m Villar por Piatti (G) 68m Neira por Cuevas (G) y Gabbarini por Assmann (I), 70m P. Rodríguez por Montenegro (I) y 75m Iriarte por Cardozo (G).