Rafael Nadal ya se está relamiendo. Gracias a su triunfo 6-3, 6-2 sobre el alemán Nicolas Kiefer, que le permitió quedarse con el título del Masters Series de Toronto y festejar su séptimo torneo del año, el español quedó a tiro de superar al suizo Roger Federer en la cima del ranking mundial, algo que conseguirá con acceder a las semifinales del torneo de Cincinnati o si Federer pierde antes de esa instancia.

Desde que cayó con su compatriota Juan Carlos Ferrero en la segunda ronda del Masters Series de Roma el 7 de mayo pasado, Nadal arrolló a todos sus rivales, sin importar la superficie. Celebró el título en el polvo de ladrillo de Roland Garros, también festejó en el césped de Queen’s y de Wimbledon y ayer prolongó su racha en el cemento de Canadá. Kiefer, la gran sorpresa del torneo, apenas fue un digno oponente, que no le generó ningún inconveniente. Con la autoridad habitual, Nadal impuso su jerarquía para lograr su séptimo título del año en menos de una hora y media de juego.

Pero, más allá de esa conquista, el verdadero logro de Nadal está por venir. Tras el certamen canadiense, Federer perdió 345 puntos, mientras que su perseguidor cosechó 275. De esta manera, el suizo comanda el ranking con 155 unidades de ventaja, más allá de que el corrimiento del calendario por los Juegos Olímpicos recién dentro de dos semanas normalizará el puntaje. Entonces, la gran noticia para el mundo del tenis se puede dar en Cincinnati, el Masters Series que arranca hoy con la presencia de José Acasuso, que debutará ante el croata Mario Ancic.

Con sólo acceder a las semifinales, Nadal superará a Federer y lo desplazará de la cima del ranking, sitio que el suizo ostenta desde febrero de 2004 y que a esta altura ya es el record de permanencia de un tenista en la historia. Además, el cambio también se producirá si Federer cae antes de esa instancia y no puede defender el título que obtuvo el año pasado.

Ante Kiefer, ex número cuatro del mundo, Nadal no tuvo que esforzarse demasiado para quedarse con la victoria. Muy rápido logró el primer quiebre para llevarse el set inicial por 6-3. El alemán sólo puso un poco de presión en el quinto game del segundo set cuando dispuso de tres pelotas de quiebre para colocarse 3-2. Sin embargo, no las pudo aprovechar, por lo que Nadal ya no tuvo inconvenientes para mantener ese saque y quedarse con los tres juegos siguientes para celebrar el título, el 30º de su carrera. Y sobre todo quedar a las puertas del número 1. “Todo jugador quiere ser número 1 y me va a encantar serlo. Pero por ahora soy número 2 y estoy muy feliz con eso”, comentó el español. Es que Nadal sabe que es apenas una cuestión de tiempo para poder decir que es el nuevo número 1.