FúTBOL › RACING PUSO ORDEN, PROLIJIDAD, VOLUNTAD E INEXPERIENCIA
Todo el andamiaje racinguista se vino abajo con el error del debutante Aveldaño y el primero de los goles de Sand. Lo que sucedió en los 25 minutos finales se pareció mucho más a la acostumbrada realidad blanquiceleste.
› Por Daniel Guiñazú
Hubo un Racing antes del primero de los dos goles de Sand y otro demasiado diferente de allí al último pitazo de Javier Collado. Hubo un Racing más o menos ordenado, más o menos prolijo en el manejo de la pelota y más o menos impotente a la hora de generar situaciones de peligro; y otro Racing que, 0-1 abajo, se descascaró, bajó los brazos, entregó el alma, empezó hacer mal lo que estaba haciendo más o menos bien y no pudo hacer bien lo que estaba haciendo mal. Lanús, que hasta los 63 minutos coprotagonizaba un partido equilibrado y de resultado incierto, aprovechó el quebranto académico y en la media hora final construyó un 2-0 que se explica por algo tan antiguo como el fútbol mismo: tuvo delanteros. Sand –por su oficio goleador– y Biglieri –por su velocidad– le aportaron más a Lanús que la voluntad de Lugüercio y los piques bisoños de Sánchez Sotelo a Racing.
Los hinchas académicos ya vieron esta película. Por eso volvieron a Avellaneda los murmullos, los corrillos y los gestos escépticos. La gente le abrió el crédito a este equipo de Llop. Y aunque jugó una más que aceptable primera hora, bien parado atrás con Aveldaño y Shaffer, haciéndoles una estricta marcación zonal a Sand y Biglieri, con salida por los costados con Prichoda por la derecha y Maxi Moralez por la izquierda, y una intención generalizada de no lanzar tantos pelotazos y mover más el balón a ras de piso, la derrota final puso en cero la cuenta del afecto.
Porque los mismos que pudieron controlarlo a Lanús (rara vez dominarlo) se descontrolaron luego de que el debutante Aveldaño perdiera una pelota fácil sobre el lateral derecho y Sand rematara con certeza una jugada bien trabajada por Valeri y Blanco. Los defensores salieron a achicar las espaldas de los volantes y, en su adelantamiento, obsequiaron los espacios que Biglieri necesitaba para hacer valer su rapidez. Y los volantes que habían podido dividir la tenencia de la pelota bajaron los brazos y se dejaron gobernar por el fútbol vertical y elaborado de Lanús. Recién ahí, en ese momento, no antes, fueron visibles las diferencias entre un equipo que se armó de apuro y a los manotazos, y otro ensamblado y ordenado, dentro y fuera del verde césped.
El final fue un suplicio para Racing y su gente. Martínez Gullota le tapó el 2-0 a Valeri, pero no pudo retener un disparo de Biglieri que Sand convirtió a puerta abierta. Si con el 0-1 el empate era una utopía, con el 0-2 se transformó en una quimera. Bossio le tapó el descuento a Lugüercio, pero ya las cartas estaban echadas. Racing empezó con el paso cambiado otro año para la penuria. Llop metió mano y cambió cosas. Pero a la larga le terminó ganando la desorganización de un club al que sus jugadores le hicieron un paro en plena pretemporada y que no pudo habilitar a todas sus incorporaciones. Lanús es la imagen inversa. Tiene todo en claro. Y sin la molestia de una copa continental en su camino puede ser uno de los candidatos. Jugadores y fútbol hay como para sostener la pretensión.
Estadio: Racing
Arbitro: Javier Collado
Goles: 63m y 74m, Sand (L)
Cambios: 71m, Méndez por Prichoda (R); 72m, Caballero por Sánchez Sotelo (R); 79m, Peralta por Blanco (L); 84m, Ramírez por Valeri (L); 88m, Ledesma por D.González (L); 89m, Chatruc por Lugüercio (R).
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