Caranta, lesionado. Palacio, lesionado. Dátolo, enfermo. Riquelme, en China. Palermo, roto antes del final del primer tiempo. Neri Cardozo, reemplazado. Gracián, reemplazado. Boca cerró el partido con Javier García, Noir, Viatri, Chávez y Gaitán en la cancha. Hasta hace seis meses, todos ellos eran poco menos que ilustres desconocidos. “Vamos, vamos los pibes”, terminó cantando la hinchada, feliz con el rendimiento de los juveniles que aportaron lo suyo para ganar un partido chivo, contra un rival muy difícil que venía perfilado como uno de los grandes animadores de este campeonato.

De los pibes, el único de debut absoluto fue García (21 años, 1,80 m buena prestancia). El de más experiencia es Pochi Chávez, el autor del segundo gol, el que definió el partido. Noir jugó los 90 minutos y exigió siempre; Viatri pesó menos, pero participó en algunas buenas jugadas de ataque y estuvo muy cerca del tercer gol. Gaitán, un gran desfachatado, en el ratito que estuvo casi mete un golazo. Boca ganó por lo que hicieron los pibes, pero también por la producción de algunos grandes (muy bien Ibarra y Vargas; bien Battaglia y Morel) y por los altibajos del rival.

Lanús empezó fenómeno. Bien parado atrás con una línea de tres cuando tenía la pelota convertida en cinco con el retraso de Pelletieri metido entre los centrales y Velázquez, cuando atacaba el rival. Bien en el medio, con salida prolija. Bien arriba por la habilidad de Biglieri y la polenta de Sand. Apenas iban 7 minutos cuando baldeó con agua fría a la Bombonera. Biglieri se desprendió de Cáceres con electrizante dri-bbling, le dio de primera, la pelota pegó en el palo y Sand debajo del arco casi rompe los piolines. Gol de un ex River contra Boca, para emular a Bertolo, ex Boca autor de un gol el sábado ante River.

El equipo de Zubeldía manejó mejor los tiempos del partido y los espacios durante la primera mitad del período inicial. Cuando Vargas empezó a hacerse cargo de la manija que no encontraba Gracián y cuando Morel e Ibarra se alternaron para trepar a posiciones ofensivas, complicando la labor defensiva del rival, el partido se hizo más equilibrado. Llegó el empate (rebote en Faggioli que habilitó a Cardozo, pase para Vargas, definición sobre la salida de Bossio) y pudo conseguir el segundo en una excelente jugada de conjunto que estuvo a punto de coronar Palermo con un zurdazo tremendo. Fue lo último que hizo el grandote número 9. Terminó el primer tiempo renqueando feo. Tres horas más tarde llegaron las malas noticias: rotura de ligamentos, siete meses sin jugar.

El segundo tiempo fue casi todo de los locales. Lanús se preocupó demasiado en no dejarse arrollar y pegó bastante avalado por Abal que no la veía ni ovalada y demoró demasiado las amarillas. Boca hizo un gol (pase de Vargas en cortada, toque cruzado y preciso de Chávez) y podría haber metido un par más si no se hubiera cruzado con Bossio.

Lanús se acordó demasiado tarde de que el partido se le iba de las manos. Desprendió a los laterales, se lanzó con todo, generó alguna inquietud en el fondo de Boca, pero no pudo con los defensores, ni con el pibe García, que a esa altura ya parecía un arquero de 300 partidos.

El futuro de Boca sin Palermo no va a ser sencillo. Pero ayer, al menos, Ischia depositó sus ilusiones en el banco y sacó muy buen rédito.

Estadio: Boca.

Arbitro: Diego Abal.

Goles: 6m Sand (L); 27m Vargas (B) y 69m Chávez (B).

Cambios: 45m Viatri (5) por Palermo (B); 58m Chávez (7) por Cardozo (B), 67m Blanco por Valeri (L); 70m Salvio por Peralta (L), 78m Gaitán por Gracián (B).