Desde La Plata

En verdad, la victoria de Estudiantes ante Boca se agota en sí misma. Nada o casi nada deja para avizorar el futuro. A los dos, la Copa Libertadores les importa mucho más que el torneo Clausura, y así lo hicieron saber desde el principio. En Estudiantes no jugaron Verón, Benítez y Boselli. Y en Boca, de los once que el jueves le ganaron a Guaraní, sólo estuvieron Abbondanzieri y Krupoviesa. Los nueve jugadores restantes le dieron forma al equipo más alternativo que Ischia haya formado en los quince meses que lleva sentado en el banco de los xeneizes.

De todas maneras, no debió haber perdido Boca y no debió haber ganado Estudiantes. Apenas un tiro libre magistralmente ejecutado por Gastón Fernández a los 43 minutos volcó los tres puntos para el lado estudiantil. Antes, Boca jugó y llegó más, pero no pudo definir. Y después, Estudiantes reparó errores, salió más al medio, achicó las espaldas de sus volantes y con sólo eso alejó a Boca de las inmediaciones de Andújar, a pesar de la apuesta ofensiva que hizo Ischia, mandando a jugar con dos enganches, Chávez y Damián Díaz, y tres delanteros, Mouche, Figueroa y Noir, en los quince minutos finales del partido.

Boca fue de más a menos y acaso haya pagado demasiado caro su declive. En la primera etapa hizo correr mejor la pelota y ocasionó media docena de situaciones claras a partir de la movilidad de Chávez, Vargas y Gracián y de los piques de Mouche por ambos costados. No supo concretarlas y, en el segundo tiempo, otro fue el cantar. Dejó de tener todo lo bueno que había tenido hasta allí y se fue enredando en la telaraña que tejió Estudiantes para resguardar la diferencia. Tanto decayó que apenas provocó dos llegadas aisladas, un cabezazo débil de Figueroa que contuvo Andújar y un centro de Krupoviesa que el arquero mandó al corner cuando la pelota se le metía por el segundo palo.

Estudiantes fue de menos a más y la victoria le quedó demasiado grande. Su primer tiempo fue tan pobre en juego y en llegadas que antes del golazo de Gastón Fernández sólo se había arrimado hasta Abbondanzieri con un cabezazo alto de Cellay. Luego apretó los dientes y las marcas en el medio, mejoró en el manejo de la pelota y equilibró el trámite. Pero no fue tanto como para justificar tres puntos que le cerraron una semana inmejorable entre el campeonato y la Copa y lo sacaron del último lugar en la tabla.

Estadio: Ciudad de La Plata.

Arbitro: Diego Abal.

Gol: 43m, G. Fernández (E).

Cambios: 63m, Benavídez por Vargas (B); 64m, Noir por Gracián (B); 65m, Galván por Sánchez Prette (E); 69m, Ré por E. Pérez (E); 75m, Salgueiro por Calderón (E) y D. Díaz por Battaglia (B).