Fue un partido curioso. Cada uno anotó su gol cuando el otro estaba haciendo mejor las cosas. Sand marcó para Lanús en momentos en que Vélez mostraba mayor convicción en su juego. Y Hernán Rodrigo López empató de penal para Vélez cuando el equipo de Liniers se había quedado con un hombre menos por la expulsión de Cubero al minuto del segundo tiempo, y Lanús jugaba con más armonía. Al final, el 1-1 sólo le sirvió a Vélez. Quedó un punto por debajo de Huracán y si le gana la finalísima del domingo 5 de julio en Liniers, dará una nueva vuelta olímpica. Lanús, por su parte, perdió la última porción de ilusión que le restaba, ya no tiene chances de salir campeón, y el mismo domingo será sólo un árbitro distendido de las pretensiones de San Martín de quedarse en Primera.

Pero además de la utilidad del resultado, hay un mérito adicional para Vélez. Jugó 40 minutos de la segunda etapa con diez hombres por el innecesario codazo que Cubero le aplicó a Velázquez, y compensó la carencia con carácter, el despliegue de Razzotti y Zapata en el medio juego, y una inteligente redistribución de sus piezas en la cancha. Maxi Moralez no tuvo una tarde inspirada, y Cristaldo y López recibieron generalmente de espaldas, con pocas chances para darse vuelta y encarar. Pero el equipo, con su esfuerzo y su vibración, apuntaló esos puntos flojos.

Por otra parte, Gareca mandó siempre mensajes positivos desde el banco con sus cambios. No retiró un delantero para colocar un volante de marca en lugar de Cubero. Y cuando reemplazó los atacantes, lo hizo por otros. Juan Manuel Martínez ingresó por Cristaldo cuando éste salió lesionado y, a tres minutos del cierre, lo sacó al oriental López y puso a Larrivey. Con el tanteador 0-1 en contra y con uno menos, Vélez siempre fue por más. Por eso merece estar donde está.

Lanús demoró 25 minutos para entrar en el partido. En el arranque, Vélez, con la agresividad de su media cancha para apretar y ganar la pelota en el campo granate, lo borroneó a tal extremo que Salvio y Valeri casi que no pudieron entrar en contacto con el balón. Recién cuando Salvio localizó por dónde jugar, el partido se tornó más equilibrado. Y el gol de Sand a los 32 minutos sonó a un reconocimiento demasiado exagerado de ese repunte.

La tarjeta roja que vio Cubero desalineó a Vélez y le posibilitó a Lanús sus mejores pasajes del partido. Montoya le tapó con las piernas una entrada a Sand, pero al equipo de Zubeldía le costaba, de todos modos, poner hombres dentro del área rival y en situación ventajosa. Cuando la situación parecía estar bajo control, Faccioli le cometió un penal ingenuo a Martínez, López lo ejecutó con certeza y el 1-1 quedó instalado. Hubo lugar para una media vuelta de Martínez que se perdió cerca del poste derecho de Bossio. Y para que Lanús consumiera sus últimas energías lanzando pelotazos directos a las manos de Montoya y a las cabezas de Sebastián Domínguez y Otamendi. Sus hinchas despidieron al equipo con tibios aplausos, tocados por la esperanza que acababa de romperse. Los de Vélez, mientras tanto, deliraban por el empate, por la entrega y por la vigilia que durará 15 días, por el título de campeón.

Estadio: Vélez.

Arbitro: Saúl Laverni.

Goles: 32m, Sand (L); 69m, H. López (V) de penal.

Cambios: 49m Ledesma (5) por Valeri (L), 55m Martínez por Cristaldo (V), 74m Biglieri por Lagos (L), 83m Salomón por Grana (L), 87m Larrivey por H. López (V).

Incidencias: expulsados 46m Cubero (V) y 86m Faccioli (L).