FúTBOL › TRAS EL SOL, LA LLUVIA Y EL GRANIZO, A LA HORA DE LAS ESTRELLAS SE QUEDó CON EL TíTULO
En una final a la que le sobró ambiente, apoyado por su hinchada y sosteniéndose en sus convicciones, el equipo de Liniers se impuso a Huracán en la última fecha de Clausura, con un gol de Maxi Moralez, después de que a Hernán López le atajaran un penal.
› Por Adrián De Benedictis
Las primeras estrellas aparecieron ayer por Villa Luro casi al mismo tiempo que Vélez comenzaba a delirar por la gloria alcanzada. La escena parecía preparada: el brillo de esos astros iluminaron el delirio desatado por una multitud, que todavía de madrugada seguía desenfrenada por el séptimo título a nivel nacional. El club más representativo del Oeste de la Capital volvió a tocar ese cielo tan especial y ahora su gente disfruta la sensación inigualable de ubicarse en lo más alto. Si hasta a José Amalfitani, aquel ex presidente de la institución que aún hoy sigue siendo ejemplo de conducción, se lo vio haciendo una mueca de felicidad desde allá arriba.
Mientras tanto, ahí abajo, en un césped castigado por diferentes eventos ajenos al fútbol, había un grupo de hombres que reían, saltaban, se abrazaban y trataban de expresar todas sus satisfacciones por una meta que finalmente fue lograda. Montoya (se mostró seguro en todo el partido), Sebastián Domínguez (ofreció firmeza en la última línea), Otamendi (otro punto alto del local), Cubero (líder por empuje y contagio anímico), Zapata (transmitió sacrificio y criterio), López (erró un penal y no inquietó en ataque), Moralez (terminó haciendo el gol más importante), Larrivey (su aporte fue importante en la definición), alcanzaban a asomar su cabeza entre los intrusos que lograron acceder al campo de juego y, a pesar de que el desorden era general, no ocultaban su alegría por lo que le tocaba atravesar.
Todos ellos fueron guiados por Ricardo Gareca, el técnico que en silencio construyó a este nuevo campeón. El ex delantero asumió en enero pasado y ahí mismo empezó a imaginar ese desenlace. La emoción que envolvió al entrenador fue tan grande, que después de llorar en el círculo central se retiró al vestuario para celebrar en su intimidad. Por ese motivo se perdió el momento en que los jugadores levantaron la Copa en el escenario armado en el campo. Para Gareca, el de anoche fue el cuarto título que consigue como conductor, pero el primero en la máxima categoría en el país.
Entre los protagonistas había otros que ahora se ubican en otro lugar, como el manager Cristian Bassedas, quien también se mezcló para compartir la alegría, al igual que el lesionado Leandro Somoza. La vuelta olímpica comenzó con aquellos hinchas que vulneraron la seguridad, y los futbolistas, sólo con ropa interior, eran reconocidos por los sombreros rojos obsequiados por la empresa de cable que auspicia el campeonato. Todo eso era rodeado por el humo celeste y blanco que salía de las bengalas y por los papeles del mismo color que expulsaban unos tubos ubicados estratégicamente.
Los nervios por lo que sucedió durante el partido habían quedado atrás. Precisamente con ese estado lo vivió el presidente de la entidad, Fernando Raffaini, quien luego del gol de Moralez decidió cruzar la avenida Juan B. Justo para seguir los instantes finales en la puerta del supermercado que se encuentra enfrente de la cancha.
Vélez tuvo que esperar cuatro años para retomar el camino del éxito, después del Clausura ’05 bajo el mando de Miguel Angel Russo, y por eso tanto desahogo contenido. La euforia provocó que hasta en la platea norte se produjeran peleas a golpes de puño entre los mismos hinchas, cuando el gol no aparecía y Huracán era el que se adueñaba de todo.
La celebración de los campeones continuó más tarde en un restaurante con la compañía de los más íntimos, mientras la caravana velezana continuaba afuera sin destino concreto. El recorrido se fue expandiendo por otros barrios, para que el grito de campeón fuera más grande todavía. Atrás habían quedado la lluvia, el granizo, el sol y una suspensión que le imprimieron un tono más dramático a la definición. Pero la historia le tenía guardada un noche diferente a Vélez, llena de gozo y placer.
Estadio: Vélez.
Arbitro: Gabriel Brazenas.
Goles: 83m Moralez (V).
Cambios: 59m Larrivey (6) por Díaz (V); 61m C. González por F. Nieto (H); 71m Velázquez por Martínez (V); 86m Coronel por Velázquez (V).
Incidencias: 19m Brazenas suspendió el partido por caída de granizo. durante 28 minutos; 24m Monzón (H) le contuvo un penal a López (V); 85m expulsado Moralez (V).
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