La organización vence al tiempo, una máxima política que en el club que conduce Alejandro Marón, uno de los delfines de Julio Humberto Grondona, conocen al detalle. Del equipo que Luis Zubeldía puso ayer en la estropeada cancha de Huracán para arrancar el Apertura con aspiraciones –por haber sido el conjunto más eficaz de la temporada pasada, el que más puntos sumó–, ocho reconocen antecedentes de inferiores en el club. Jugadores como Salvio, joyas a futuro, pueden retenerse, pulirse, disfrutarse de cerca. El movimiento de caja, uno de los más ordenados de la Primera, sostiene ese proceso. “Lanús tuvo personalidad –subraya Zubeldía–, hizo los goles en el momento justo, sobre todo el primero, y después impuso su estilo.” Un estilo que nadie desconoce.

¿Se marcha Bossio tras larga campaña? Ahí está Caranta para cubrir los tres palos con experiencia. ¿Se va Sand, el goleador? El pase deja millones de dólares y la posibilidad de elegir un buen reemplazo, sin tener que quemarle etapas a un anotador de inferiores. Cae el paraguayo Santiago Salcedo, ex River y Newell’s, quien en 25 minutos –con dos derechazos, uno desde el punto del penal, otro desde la medialuna– certifica la calidad de la inversión. La mayoría de los titulares ayer había vencido a River en la semana por la Sudamericana.

Del otro lado, la voluntad. “El fútbol es un juego tremendamente lógico –reflexiona Angel Cappa, el entrenador de Huracán–. Y los equipos no son producto de la improvisación sino de los entrenamientos. Hice el último entrenamiento con el equipo que iba a ser titular el viernes a la tarde. A la noche se me ‘cayeron’ tres jugadores. Contra la desorganización no hay manera de luchar.”

Se fueron Pastore, Araujo, Arano, Defederico, César González... y ni Cappa sabe bien quién vino, quién está, quién puede jugar. Del medio hacia adelante, Huracán tuvo sólo a Bolatti y a Leandro Díaz como conocidos del último Clausura que le arrebataron en la última fecha. Jugaron pibes que debutaban (o casi) en Primera: Trecco, Laurito, Nicolás De Bruno, luego Clara. “Los pibes no tienen por qué asumir una responsabilidad que nos les corresponde”, sostiene el entrenador, que apenas puede disimular su bronca contra los dirigentes.

Las convicciones se sostienen mucho mejor desde la organización. “En el complemento fallamos en lo más sencillo, que es la entrega del pase. Pero defendimos bien y en ningún momento peligró nuestra victoria”, opinó Zubeldía. “Este desorden nos hace faltarle el respeto a la gente”, sugiere Cappa. Cuando el fútbol no es lógico, el resultado nunca es caprichoso.

Estadio: Huracán.

Arbitro: Héctor Baldassi.

Goles: 12m y 31m, Salcedo (L), el primero de penal; 71m, L. Díaz (H).

Cambios: L. Nieto (5) por Esmerado (H), Clara (6) por Laurito (H) y G. García (6) por De Bruno (H); 64m, Aguirre (4) por Blanco (L); 74m, Arce por Grana (L); 87m, Bielkewicz por Salvio (L).