El gobierno nacional anunció la semana pasada la decisión de licitar los transmisiones de fútbol, lo cual implica un verdadero alivio por distintos razones. Más allá de los aspectos económicos (que tanto preocupan a cierta oposición que parece haber descubierto la pobreza a través del acuerdo del Estado con la AFA), hay cuestiones puramente futbolísticas de ser modificadas que agradecerán hinchas y televidentes.

¿Qué es eso de fútbol para todos?

Las transmisiones de Canal 7 son presentadas pomposamente como “Fútbol para todos”, en alusión a lo que ocurría antes cuando había que pagar para ver. Pero ahora se supo la verdad: fútbol para todos quiere decir que hay reservado un instante de fama para cada uno, que cualquier puede ser puntero, aunque sea por un ratito. Una curiosa forma de democracia participativa. Veamos lo que ocurrió en los últimos días.

La undécima fecha del Apertura, jugada a mitad de la semana pasada, empezó con Colón en la punta.

El martes a la tarde, Newell’s le ganó a Racing y quedó arriba.

El martes a la noche, Estudiantes venció a Godoy Cruz y pasó a compartir la punta junto con Newell’s.

El miércoles, Banfield superó a Gimnasia y quedó en la cima con Estudiantes y Newell’s.

El jueves, Colón perdió con Independiente y desaprovechó la ocasión de quedar como único líder del certamen.

El sábado, en el arranque de la decimosegunda fecha, Vélez superó a Godoy Cruz y pasó a ser el puntero.

Luego, a la noche, San Lorenzo llegó por un ratito a la punta cuando le iba ganando a Gimnasia por 2 a 1, pero como le empataron sobre la hora se quedó con las ganas.

Hoy juegan Banfield y Estudiantes, y si empatan alcanzarán a Vélez; si Newell’s supera a Tigre, podrá entonces ser el único líder del Apertura. Pero habrá cuatro punteros si empatan; que serán cinco, si mañana Colón vence a Huracán en Santa Fe. Serían entonces Colón, Vélez, Estudiantes, Banfield y Newell’s. Ningún grande entre ellos. Es el tiempo recuperado, la hora de los que menos tienen.

En lo que va de este torneo, 10 de los 20 equipos (¡la mitad!) estuvieron alguna vez en la punta. Un buen editorialista de los diarios amantes de la libertad de expresión sospecharía del pacto Grondona-Kirchner para hacer un demagógico campeonato K.

Los calendarios llenos

Las variantes en las posiciones se producen porque hay fútbol a toda hora y en todos los horarios. Los enganchaditos de las últimas tres fechas dejan como resultante este programa infernal:

Viernes 23 de octubre, fútbol.

Sábado 24, fútbol.

Domingo 25, fútbol

Martes 27, fútbol.

Miércoles 28, fútbol.

Jueves 29, fútbol.

Sábado 31, fútbol.

Domingo 1º de noviembre, fútbol.

Lunes 2, fútbol

Martes 3, fútbol.

Alguna vez, refiriéndose a los cuentos cortitos, Ana María Shua dijo que son como los bombones. Te comés uno, dos, tres, todo bien, cuatro, cinco, seis, pero ya el séptimo empalaga. Atrás quedaron aquellos añorados tiempos en los que había un solo campeonato; las fechas eran fechas completas que se jugaban los domingos y no cualquier día; había tablero del Alumni para saber los resultados y una tabla de posiciones que tenía vigencia de, por lo menos, una semana.

Atrás quedaron también los tiempos en los cuales había transmisiones radiales de partidos de fútbol que sonaban como una orquesta afinada, con conexiones con todas las canchas y un pip que anunciaba el misterioso dato de un gol en otra cancha.

Hoy está todo la vista. Se ve infinidad de partidos (que por cierto son bastante malos), se ven los goles cuatro mil veces, las jugadas polémicas y las curiosas. Y si bien hay un lado bueno (Fútbol de Primera tiene cada vez menos rating, por ejemplo), la superabundancia abruma, empalaga. Como los bombones de Ana María Shua.

* PD: Nada de lo que aquí se escribe en un arrebato producido por el empacho invalida el sentimiento genuino de que, a pesar de todo, a pesar de las transmisiones desde el agua y otras giladas, ahora estamos mejor que antes. Mucho mejor.