La goleada sufrida ante Estudiantes golpeó mucho más duro que una simple derrota en un torneo de verano en el campamento de Boca. Tanto que el presidente del club, Jorge Amor Ameal, realizó un viaje relámpago desde Mar del Plata hacia Tandil, donde se reunió en forma imprevista con el director técnico, Alfio Basile, en un encuentro reservado que se llevó a cabo en la Posada de los Pájaros, para analizar el pobre presente futbolístico. Ante este panorama, el superclásico del próximo miércoles ante River en Mar del Plata cobra una importancia inesperada a esta altura de la pretemporada.

Ameal llegó procedente de Mar del Plata en un automóvil acompañado por el dirigente Horacio Palmieri, mientras que Basile estuvo acompañado por el vicepresidente tercero del club, Juan Carlos Crespi. Finalizada la reunión, Ameal se retiró sin formular declaraciones a la prensa, que aguardaba en las afueras de la concentración boquense, aunque algunos dirigentes expresaron en forma reservada que el momento que vive el cuerpo técnico encabezado por Basile es “crucial”. Se supo que Basile está muy cuestionado por algunos directivos, por lo que una derrota o una actuación similar a la del sábado en el clásico ante River podría determinar su salida del club.

Frente a esta situación límite, Basile jugará las últimas cartas que le quedan: incluir como titular a Martín Palermo y precipitar el regreso de Juan Román Riquelme, quien se curó de un desgarro en la planta en el pie derecho, pero a quien iba a llevar de a poco para que llegara en óptimas condiciones al debut en el Clausura. Tan tensa está la actualidad boquense que ayer se suspendió la práctica del plantel prevista para la tarde en el predio del club Banco Provincia, por lo que los jugadores sólo realizaron un trabajo físico. Encabezados por Palermo y Riquelme, los futbolistas trotaron en la ruta que circunda a la Posada de los Pájaros, mientras Basile seguía los movimientos desde una bicicleta. Tras esa tarea, y sin formular declaraciones, los jugadores volvieron a sus habitaciones. Mientras tanto, Basile apenas respondió un “bien” a la pasada cuando los cronistas lo consultaron sobre cómo se sentía en este difícil presente de Boca.