Newell’s e Independiente llevan la misma publicidad en sus camisetas: Motomel. Es un punto en común que aparece claro en la superficie. Pero, si se analiza el presente y el pasado, aparecerán muchos más puntos de unión. A saber: sus hinchadas fueron amigas; los técnicos fueron jugadores del club rosarino; los dos equipos fueron animadores del campeonato anterior y estuvieron prendidos hasta las últimas fechas; los dos conservaron la base de sus planteles e hicieron algunas interesantes incorporaciones (Gracián por un lado, Alayes por el otro); los dos aparecen en la lista de candidatos a quedarse con este singular torneo; los dos tratan de asegurarse defensivamente, tienen buenas intenciones y tratan de ser prolijos en el medio, pero no manejan demasiadas variantes ofensivas.

Esto último se hizo muy evidente en el primer tiempo, que se fue de largo sin goles, sin emociones, casi sin llegadas hasta los arcos. Independiente arrancó mejor, Newell’s niveló el juego cerca de los 20 minutos y pasó a dominar la pelota y el terreno, pero con la misma falta de profundidad que mostraba su rival cuando controlaba el juego. El balance de los primeros 45 minutos dejó muy poco para el elogio, apenas alguna jugadita aislada en la mitad de la cancha y nada más.

En el segundo período se abrieron un poco los espacios en la medida en que el calor empezaba a desgastar físicamente a los jugadores y el partido se hizo un poco más entretenido y, al menos, empezó a crecer la sensación de que podían llegar a convertir algún gol.

Lo tuvo el equipo local en un mano a mano de Achucarro con Gabbarini después de una espectacular apilada de Formica, y lo tuvo Independiente en un zapatazo de Silvera que tapó muy bien Peratta. El equipo del Tolo Gallego también pudo concretar en dos jugadas de tiro libre desde el borde del área y pareció más entero físicamente, lo que le permitió arrimar más peligro en el último tramo del partido.

Tal vez, por lo ocurrido en esos minutos finales, a los de Avellaneda les quedó cierto sabor amargo al no poder concretar las jugadas en las que el Patito Rodríguez desparramaba defensores con su gambeta, aunque sin lograr nunca el espacio para disparar al arco.

De cualquier manera, no está tan mal para empezar el haber rescatado un punto de una cancha tan difícil como lo es la del Parque Independencia.

A los de Sensini el empate también les sentó bien, aunque por lo menos por ahora tienen la cabeza puesta en la Copa Libertadores y en la revancha contra el Emelec de Ecuador, que será dentro de un par de semanas.

Estadio: Newell’s.

Arbitro: Juan Pablo Pompei.

Cambios: 55m D. Torres (4) por Achucarro (N); P. Rodríguez (6) por Mancuello (I) y Gracián (4) por Busse (I); 63m Sánchez Prette por Bernardi (N); 70m Barrientos por Formica (N); 79m González por Silvera (I).