No le faltaron emociones al clásico de Rosario. El juego tuvo un gol a los pocos segundos, luego un penal, un árbitro con decisiones confusas, tres expulsados en la primera parte y un complemento donde se contaban apenas nueve jugadores por equipo. Con todos estos imprevistos se pudo haber armado un clásico inolvidable, pero lo que hicieron Central y Newell’s no fue más que componer un nuevo empate, como consecuencia de 90 minutos donde la pelota, en general, estuvo más tiempo por el aire que rodando en el césped. Y como el que necesitaba los puntos era el local, la paridad dejó a los canallas enteros, pero con su problema de promedio agravado. Newell’s, en cambio, pasará indiferente por su muy probable clasificación a la Sudamericana.

Estuvo todo dado para que, al menos, el partido dejara un ganador, incluso sin requerir para eso destellos de inspiración colectiva. Es que las emociones germinaron a los pocos segundos, con Braghieri apareciendo solo en el área y marcando el gol tras un tiro de esquina. Todavía los suplentes no se habían puesto de acuerdo para ver dónde se sentaba cada uno, que Central estaba en ventaja.

Eso debió arrebatarle las convicciones a Newell’s, aunque lo que en verdad trajo fue que el local se empachara de confianza, momento que duró apenas un cuarto de hora, con todo Central jugando en terreno visitante. Pero otra sorpresa tenía guardada el destino: en la primera vez que Newell’s cruzó la mitad de la cancha llegó al empate gracias a Valentini, que no tuvo mejor decisión que ir a los pies de Núñez dentro del área, acción que terminó en penal, aunque Abal omitió expulsar al defensor por último recurso. Schiavi, con tranco lento y sereno, y todos sus años en la espalda, se hizo cargo del remate y el gol.

Aquel grito rojinegro increíblemente no fue tolerado por los locales, que enloquecieron por algunos minutos, estando Gómez y Valentini al borde de la expulsión. Y las rojas aparecieron, pero fueron para Paglialunga y Bernardi, en una acción donde el primero participó con una plancha y el segundo con un codazo que no dio lugar a las protestas.

Entre uno y otro pitazo de Abal (penal, expulsiones) no pasó nada, porque en cuanto a fútbol propiamente dicho los canallas la tiraban por arriba y los visitantes no encontraban pases seguidos. Gómez y Formica, los señalados en la creación, se vieron eclipsados por los hombres de la marca. Pero otro golpe emocional cayó en el último minuto del primer tiempo: Núñez dejó a Newell’s con nueve por codazo a Ballini. El chaqueño se vio traicionado por derroches de ínfulas propias de un debutante en el clásico.

En el entretiempo las tribunas del Gigante no dudaban en vaticinar la llegada de la tarde soñada. Había 45 minutos para sacar diferencias del hombre de más. Todos se dieron cuenta de eso menos Valentini, que lo cruzó a Formica a los cinco minutos, vio la segunda amarilla, se fue a bañar y todo quedó en paridad de fuerzas. Entonces canallas y leprosos armaron un partido que jugaron a las corridas, no para sorprender al adversario sino para cubrir los espacios vacíos. Sin resuello, Caraglio y Figueroa, que ingresó por Zelaya, no pudieron con la fortaleza de los zagueros centrales, y Newell’s no pudo de contragolpe, aunque en verdad nunca se lo vio con muchas ganas de intentarlo.

Estadio: Central.

Arbitro: Diego Abal.

Goles: 2m, Braghieri (C); 16m, Schiavi (N) de penal.

Cambios: 55m, Figueroa por Zelaya (C); 64m, Quiroga por Vangioni (N) y Rivero por Gómez (C); 68m, D. Torres por Formica (N); 77m, Moya por Ambrosi (C); 83m, Boghossian por Achucarro (N).

Incidencias: 34m, expulsados Paglialunga (C) y Bernardi (N); 45m, expulsado Núñez (N); 50m, expulsado Valentini (C).