Si hacía falta una muestra para que en una definición de campeonato tan ajustada como la de este Clausura los candidatos no vuelvan a jugar en distintos horarios, la derrota de Independiente frente a Boca debiera dar por terminada la discusión. El Rojo salió a defender su chance con toda la presión a cuestas debido a las victorias de Estudiantes ante Chacarita y de Argentinos sobre San Lorenzo, y el peso fue demasiado como para imponerse ante un equipo como Boca, que más allá de sus problemas internos ha salido a jugar los últimos partidos con mucha autoridad.

Con la derrota puesta, si bien tiene chances matemáticas, Independiente quedó ahora lejos del título. Lejos de la ilusión que comenzó a desmoronarse en el último tramo del torneo, donde el equipo de Américo Gallego consiguió sumar apenas 4 de los últimos 15 puntos. Para Boca, en cambio, los últimos partidos marcaron una levantada, ya que desde que Pompei agarró la manija ganó 9 de los 12 puntos en juego.

Independiente no supo cómo dominar a Boca, que con un muy buen trabajo del chileno Medel en el medio y del paraguayo Morel Rodríguez en la defensa logró mantenerlo lo suficientemente lejos del arco de García. Es que el Rojo, incitado por el canto y el constante aliento de sus hinchas que colmaron el estadio por el clásico y por todo lo que había en juego, se desesperaba de tres cuartos hacia adelante y buscaba definir a como diera lugar, sin claridad.

Si bien era Boca el que generaba más y mejor peligro, porque entre Riquelme, Giménez, Chávez y Gaitán hacían bastante lío, fue Independiente el que abrió la cuenta. La jugada sorprendió a toda la defensa de Boca. Mareque apareció como extremo derecho, dejó pagando a Morel y sacó el centro atrás que Piatti tomó para poner el 1-0. Pero la euforia de los hinchas locales fue apenas una ráfaga, porque dos minutos más tarde Monzón clavó un zurdazo que nadie esperaba desde afuera del área y emparejó la cuenta. Buena parte del estadio quedó en silencio.

Independiente no tuvo reacción, acusó el golpe y dejó venir a Boca, aunque de tanto en tanto insinuaba algo por el lado de Mancuello o con algún que otro remate desde afuera del área de Núñez. De Gandín y Silvera poco, prácticamente nada. Para colmo, Silvera despejó a las nubes pero dentro del área un corner de Riquelme en el que Palermo, a puro olfato, saltó para peinarle la pelota a Gabbarini, que dudó y después se decidió salir a despejar con los puños, pero terminó viendo cómo la pelota se metía.

El ingreso de Rodríguez por Gandín en el complemento no alcanzó para que el Rojo consiguiera dominar el trámite; tampoco aportaron claridad los ingresos de Vallés y de Fede González, aunque en la primera que tocó sacó un centro que Silvera conectó por arriba del travesaño. Boca, en cambio, siguió manejando la pelota para jugarla cerca del área de Gabbarini. Mouche encaró en la puerta del área y desde ahí sacó un hermoso remate para poner el 3-1; después se fue expulsado por ganarse dos amarillas en el festejo. El descuento de Núñez, de penal, ni siquiera sirvió de consuelo. Con la derrota en su estadio, Independiente soltó el sueño de sus manos. Ahora deberá vencer a Argentinos y prender velas para que Estudiantes no gane ninguno de los dos partidos que le quedan.

Estadio: Independiente.

Arbitro: Saúl Laverni.

Goles: 30m, Piatti (I); 32m, Monzón (B); 39m, Palermo (B); 88m, Mouche (B); 90m, Núñez (I), de penal.

Cambios: 46m, Rodríguez por Gandín (I); 54m, Vallés por Galeano (I); 65m, F. González por Mancuello (I); 71m, Mouche por Gaitán (B); 79m, Erbes por Chávez (B); 87m, Marino por Palermo (B).

Incidencia: 88m, expulsado Mouche (B).