Tras franquear la barrera de los cien partidos en copas del mundo con la eliminación de Camerún, el pobre empate de Ghana ante la modesta Australia, y la derrota de Costa de Marfil ante Brasil, Africa camina hacia un fracaso futbolístico rotundo en “su” Mundial.

De los seis representantes africanos en el Mundial, mayor cantidad de cupos desde el debut de Egipto en Italia 1934, uno ya quedó fuera de combate y otros tres tienen la soga al cuello: Nigeria, que perdió sus dos partidos en el grupo B; Sudáfrica, que ya no depende de sí en el grupo A, y Costa de Marfil. “Hemos mejorado mucho desde el último Mundial –reflexionó ayer Drogba tras la derrota–, pero tendríamos que haber sido un poquito más ambiciosos, atacar un poco más, pero así es el fútbol.”

La situación de Argelia también es más que comprometida. Los “fennecs” ocupan la última posición de la llave C por detrás de Eslovenia (derrota 1-0), Inglaterra (0-0) y Estados Unidos, con el que decidirá su destino el miércoles, aunque dependiendo de lo que hagan entre sí ingleses y eslovenos.

De hecho, en 12 presentaciones africanas, Ghana ha sido el único que regaló una sonrisa a medias, por un triunfo 1-0 ante Serbia con un gol de penal de Asamoah Gyan a cinco minutos para el cierre, en un traumático debut sin su astro Michael Essien, fuera del torneo por lesión.

A la vista de resultados y calidad de juego, las perspectivas de la Confederación Africana en el Mundial son pobres y no es arriesgado postular que Africa no tendrá representantes en octavos, algo que no sucede desde España 1982. Camerún (1990) y Senegal (2002) se destacaron desde entonces pisando cuartos.