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Lunes, 19 de julio de 2010

FúTBOL › BOCA LE HARá HOY UNA OFERTA POR CUATRO AñOS PARA CERRAR TRATO

El Día R, de Riquelme

El jugador quiere seguir, el presidente Ameal pretende que se quede, el técnico Borghi insiste para que haya acuerdo, pero el ala macrista de la CD prefiere que se vaya. La pulseada política podría definirse hoy.

“Si querían, esto se arreglaba hace dos meses.” La frase la pronunció el viernes Juan Román Riquelme y hoy puede pasar a formar parte del archivo, si es que finalmente se llega al promocionado acuerdo entre Boca y el jugador. Se supone que, durante el transcurso del día, la dirigencia de Boca hará la oferta formal por cuatro años que hace 60 días Riquelme pretende escuchar, para darle fin a la novela que se fue tejiendo en paralelo con la disputa del Mundial y que todavía no llegó a su epílogo.

La voluntad política del presidente Jorge Amor Ameal y las ganas de Riquelme de quedarse en Boca parece que prevalecerán para que el enganche continúe en el club. El dirigente, que no quiere pasar a la historia como el hombre que dejó escapar al ídolo, logró superar todos los frentes internos que se le plantearon ante su voluntad de renovar el vínculo. Y el jugador dejó de lado las ofertas y tentativas que aparecieron para continuar en la que llama “su casa”. Así, pese a las dificultades que surgieron en el medio, Borghi podría tener al jugador que más lo seduce. “Román hace arte. Juega a algo diferente al resto”, aseguró el DT en una entrevista que le dio al diario Olé en Australia. Todo podrá quedar resuelto cuando Ameal se junte con el representante del volante, Daniel Bolotnicoff, y le presente un vínculo por cuatro años, tal como exige el jugador, que se sigue recuperando de la operación en los meniscos a la que fue sometido en mayo.

El contrato entre Boca y Riquelme se venció el 30 de junio, por lo que legalmente el jugador ya no está vinculado con el club. Pero sí lo está desde el lado afectivo. “Soy bostero y eso no va a cambiar, aunque me tenga que ir”, aseguró el viernes, en su segunda aparición pública en medio de la negociación. “En la Argentina no puedo jugar en otro equipo que no sea Boca”, resaltó. De esa manera cerró cualquier tipo de posibilidad con Racing o San Lorenzo, que lo sondearon a través de Miguel Russo y Ramón Díaz, respectivamente. Y los ofrecimientos de Brasil, en especial de Cruzeiro y Flamengo, cada vez se diluyen más, ya que el Brasileirao se reanudó la semana pasada y los equipos están en plena competencia. Además, el Atlas mexicano, otro de los posibles destinos, tampoco hizo una propuesta seria y el certamen de aquel país se inicia la semana que viene.

“No pido la Bombonera”, fue otra de las frases que pronunció Riquelme, intentando dejar en claro que el tema económico no es la traba principal. La idea fue desactivar las versiones que aparecieron desde algunos medios, en las que se filtraba el monto, desglosado por día, de lo que iba a percibir si firmaba su nuevo contrato. Lo curioso es que la cifra total, alrededor de un millón de dólares anuales, no es diferente de la de otras figuras top del fútbol argentino, pero en ningún caso se hizo esa especificación. Según el jugador, hasta ahora no recibió ningún ofrecimiento formal por un contrato de cuatro años, como es su voluntad, pese a que desde algún sector de la dirigencia hicieron saber que le habían presentado esa propuesta al representante del jugador.

La principal barrera pasa por la interna boquense, donde el ala macrista de la dirigencia no quiere la continuidad del “conflictivo” jugador. Dentro de la Comisión Directiva, el principal referente de esa corriente es el tesorero Daniel Angelici, uno de los que más se oponen a que el ídolo siga en el equipo, pero que parece haber perdido la pulseada ante la insistencia de Ameal. La idea del actual presidente es tratar de hacerse fuerte ante la posible ofensiva de Mauricio Macri por recuperar el poder perdido en el club. En el seno de Boca, cada vez suena con más insistencia que Macri intentaría volver a la presidencia si es que no le va bien en las elecciones nacionales de 2011. Por eso, para Ameal, la continuidad de Riquelme –como la de Martín Palermo– es un paraguas para frenar la embestida de los leales al actual jefe de Gobierno porteño.

A favor del presidente y de Riquelme juega la insistencia de Claudio Borghi en contar con el enganche. Desde Oceanía, mientras prueba en esa posición al juvenil Marcelo Cañete, que seguramente arrancará el Apertura como titular, el entrenador no para de elogiar a Román y pregunta por los detalles de la negociación. Tan ansioso está el DT por tener a Riquelme que hace dos semanas se aventuró a asegurar que la continuidad estaba garantizada, algo que luego se vio obligado a desmentir. Lo cierto es que el técnico todavía está tranquilo por la confianza que le inspira a Ameal, y esperando que hoy por fin tenga la novedad que pretende.

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La imagen podría repetirse cuatro años más si la oferta finalmente convence al jugador, que quiere quedarse.
Imagen: Fotobaires
 
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