FúTBOL › DE A RATOS FUE SUPERIOR, PERO LLEGó AL FINAL APRETADO Y SUFRIENDO
¿Medio vaso lleno o medio vaso vacío? Boca empató con el difícil Godoy Cruz en Mendoza. Pudo ganarlo. Terminó apretado. Dio ventajas. Mostró momentos de buen toque. Y no ganó, lo que es celebrado especialmente por los de River.
› Por Juan José Panno
Boca y River recién se enfrentarán en la 14ª fecha, pero el duelo de sus hinchas se renueva todas las semanas. Los boquenses están pendientes de lo que pasa con River; todo River se preocupa por saber cómo le va a Boca. En los últimos tres campeonatos se anduvieron mirando de reojo, en medio de sus tropezones, tratando de caer menos que el otro, porque no podían aspirar a mucho más. En la suma de puntos del Clausura 2010, el Apertura 2009 y el Apertura 2008 ganó River por un pelito, 70 a 69, muy por debajo de la suma cosechada en esos tres torneos por los respectivos campeones, Vélez, Banfield y Argentinos Juniors: 122, una distancia sideral.
El sueño de los hinchas de los dos grandes del fútbol argentino es, naturalmente, salir campeón y que el otro se vaya al descenso, tal como se dio con Independiente y Racing en el ’83. Nunca pasó entre Boca y River, pero sí se dio en el Apertura de 2008 esta particularidad: Boca salió campeón (definió, se recuerda, en un triangular con San Lorenzo y Tigre) y River quedó en el último lugar de la tabla. Precisamente, la posición ocupada por River agrandó la felicidad de los de Boca por el título. Es un hecho casi natural en una época en que suele anteponerse el odio al amor.
Hágase la prueba de preguntarle a algún hincha de Boca típico si prefiere que Boca salga campeón o River se vaya a la B. Nueve de cada diez, si responden sinceramente, se inclinarán por la desgracia ajena.
Los boquenses que ayer vieron el partido de River en el Monumental deben haber lamentado muchísimo el tiro en el palo de Galmarini; deben haber sonreído socarronamente cuando los hinchas empezaron a cantar aquello de “movete, River, movete” a cinco minutos del final y se deben haber mordido los codos con el cabezazo de Funes Mori. También le prestaron atención al rendimiento del ex boquense Jonatan Maidana (discretito) y a los refuerzos que llegaron. Dirán que “sigue siendo el mismo desastre de siempre”, sobre todo si el interlocutor es hincha de River. Y en general no creen que el equipo pueda mejorar mucho cuando juegue Pavone y mucho más si se llega a concretar la incorporación de Mario Bolatti.
Los de River, por su parte, satisfechos por el éxito de la tarde, por la noche seguramente le prestaron mucha atención al partido de Mendoza que cerró la fecha. Habrán celebrado la desatención en la línea de tres que armó Claudio Borghi que le permitió a Russo marcar el primer gol cuando Lucchetti apenas llevaba 14 minutos de estreno en el arco de Boca. Los hinchas de River fantasearon con que la cosa siguiera facilonga para los mendocinos, pero no contaron con Viatri, que a los 20 minutos estampó el empate con un buen derechazo cruzado después de parar la pelota con el pecho, tras un buen pase de Méndez.
El ánimo de los hinchas de River y el de los de Boca varió con los vaivenes del segundo tiempo. Hubo un tiro en el palo de Palermo, un casi gol de Matías Giménez y un cabezazo en el palo de Villar sobre la hora que pudo haberles dado la victoria a los mendocinos. En los últimos cinco minutos del partido, Boca pareció fundido y padeció varias llegadas profundas de su rival. Pero el 1-1 quedó clavado en el marcador.
Los de River también dirán aquello de que “siguen siendo el mismo desastre de siempre”, mientras que los de Boca rescatarán los 20 minutos del inicio del segundo tiempo, en el que el equipo generó algunos encuentros con la marca del tiki tiki. También se ilusionan con lo que se podrá lograr cuando Battaglia recupere su mejor timing, cuando aparezca en la escena Clemente Rodríguez, cuando se aceiten los encuentros de los volantes y, especialmente, cuando se dé el regreso de Juan Román Riquelme.
Borghi también deberá trabajar mucho para ajustar el funcionamiento de la línea de fondo (Insaurralde se mostró muy inseguro), para proteger un poco más a Lucchetti, y para que Palermo y Viatri puedan convivir sin problemas, metidos en el medio, con volantes que pasen por las costados.
Por ahora tendrán que conformarse con el puntito, mientras lo ven acomodado en la punta. Claro que esto recién empieza.
Estadio: Malvinas Argentinas (Mendoza).
Arbitro: Saúl Laverni.
Goles: 14m, Russo (GC); 20m, Viatri (B).
Cambios: 61m, Damonte por Torres (GC); 71m, Vera por Salinas (GC); 75m, Chávez por Méndez (B); 78m, Cañete por Escudero (B).
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