Lunes, 11 de octubre de 2010 | Hoy
FúTBOL › VELEZ LOGRO EL RESULTADO MAS ABULTADO DE TODO EL CAMPEONATO
Hubo demasiada diferencia entre la solidez del equipo de Liniers y la liviandad con que el cuadro santafesino afrontó el partido. Tres goles del Burrito Martínez, dos de penal de Silva y otro de Cristaldo abultaron la cuenta.
Por Daniel Guiñazú
Hay dos razones por las cuales un equipo puede ganarle a otro por 6 a 0 en medio de la pobreza generalizada que brinda el fútbol argentino de entrecasa: a) que el ganador ha jugado el mejor de los partidos posibles, o; b) que el perdedor fue un desastre. En la goleada que Vélez le estampó a Colón (la más grande en lo que va del torneo Apertura) acaso hubo más de lo segundo que de lo primero. Como credencial más importante de triunfo, Vélez mostró el inusitado poderío de sus delanteros. Juan Manuel Martínez marcó tres goles, Santiago Silva, dos de penal (uno en cada etapa) y el restante corrió por cuenta de Jonatan Cristaldo, quien entró en reemplazo de Maxi Moralez. Pero no ofreció una actuación deslumbrante. Hizo cuatro tantos en 13 minutos del segundo tiempo, aprovechó a fondo las ventajas que le concedieron y punto. Después no hizo mucho más para llegar a ser, junto con Arsenal, uno de los escoltas de Estudiantes, todavía a cinco puntos de distancia.
En todo caso, el plus para semejante diferencia lo puso Colón, su actitud hueca ante el partido, su mansedumbre, su nula reacción en la defensa. Si Fernando Gamboa no hubiera asumido hace tres fechas, el 0-6 lo haría tambalear en su cargo. Su equipo pareció entregado, vencido de antemano. Sin fibra para reaccionar después de la media hora inicial. Hasta allí había apretado bastante en el medio, había controlado bastante bien la movilidad de Maxi Moralez y había compartido con Vélez el manejo de la pelota. Pero luego de que, a los 33 minutos, Martínez estrellara un remate en el travesaño y Silva se pasara de largo en su intento por mandarla a la red, Colón se derrumbó. Dejó de hacer lo poco que había hecho, le dejó hacer a Vélez lo que quisiera, y permitió que demasiado pronto lo abrazara la derrota.
Desde luego que hubo un mérito de Vélez. Advirtió que su rival vacilaba y lo tomó del cuello con pulso firme. Pero no desplegó un fútbol supremo. Ni siquiera fue el domingo más inspirado de Moralez, que llegó físicamente con lo justo, golpeado en su tobillo derecho. En lugar de su movilidad y habilidad aportó la rotunda eficacia de Martínez y Silva. Con ellos y con la inestimable colaboración de los santafesinos, la goleada decantó por su propio peso.
Silva lo cuerpeó a Garcé, le ganó la pelota, forzó el penal y anotó el 1-0 a dos minutos del cierre de la primera etapa. El arranque de la segunda fue demoledor. A los 54 minutos, Martínez peinó en el primer palo un corner de Papa desde la izquierda y marcó el 2-0 que liquidó el partido. De allí en más, Colón se ausentó sin aviso y no hubo nada ni nadie que se asomara para detener la voracidad lanzada de Vélez.
Corrían 57 minutos cuando Garcé le cometió otro penal al intratable Martínez y Silva convirtió el 3-0 que se transformó en 4-0 dos minutos más tarde, cuando Martínez le ganó dos veces la pelota a las piernas blandas de Quilez y la picó por encima de Pozo desde una posición cerrada. A los 68 minutos, Zapata le metió un pase profundo a Martínez para que definiera solo mano a mano ante Pozo. Y a seis minutos del cierre, Cristaldo, el reemplazante del ovacionado Moralez, se vino desde la derecha hasta el centro y batió a Pozo con un tiro recto y poderoso. Fue todo lo que hubo. Ni más ni menos.
A Vélez le ofrecieron una goleada a precio de lista y lo único que hizo fue aprovecharla. Colón puso la cara. Y le estamparon seis mazazos que sólo tienen un costado positivo: será imposible que vuelva a jugar peor de lo que lo hizo ayer.
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