El campeón tuvo su fiesta. Vélez finalmente festejó el octavo título local obtenido la semana pasada, pero esta vez con una gran fiesta en el estadio de Liniers, preparada con suficiente antelación. Si bien el domingo anterior pudo mezclarse con los hinchas en ese escenario, luego de la derrota de Lanús, en la noche de ayer brilló una nueva estrella lograda por este plantel, y el triunfo ante Racing terminó de cerrar una campaña excepcional, que fue acompañada de forma paralela con las semifinales en la Copa Libertadores.

El agasajo se inició a las 19.09, cuando el chico Ricardo Alvarez apareció en el campo de juego desde el vestuario. A él lo esperaba una decoración destacada: la platea Norte tapizada con cintas rojas, blancas y verdes (los colores históricos del club), y en el centro de la cancha una plataforma para recibir a cada uno de los jugadores. Alvarez fue el primero que se enfundó en la camiseta con la inscripción “Vélez campeón 2011”, que las promotoras colocaban con mucho cuidado. Cada futbolista seguía su camino sobre una lona blanca que lo depositaba en aquella tarima, para allí recibir la medalla correspondiente.

La caravana era extensa, y a Alvarez lo siguieron Marcelo Barovero, Iván Bella, Mariano Bíttolo, Héctor Canteros, el capitán Fabián Cubero (gran ovación), Leandro Desábato, Gastón Díaz, Sebastián Domínguez, Guillermo Franco, Augusto Fernández, Maximiliano Giusti, Juan Manuel Martínez, Maximiliano Moralez, Germán Montoya, Fernando Ortiz, Emiliano Papa, David Ramírez, Franco Razzotti, Rescaldani, Santiago Silva (se escuchó el clásico “¡uruguayo!”), Fernando Tobio, Juan Sills, Vucetich y Víctor Zapata.

A continuación siguió el presidente del club, Fernando Raffaini, los tres vicepresidentes, el técnico Ricardo Gareca (otra gran reacción del público), sus colaboradores, y en el último lugar apareció el manager Christian Bassedas, uno de los principales ideólogos del proyecto futbolístico.

Cuando todos estaban en escena, a Cubero le entregaron la Copa por el título y en ese instante los protagonistas saltaban al grito de “dale campeón”, para contagiar a todo el estadio. La particularidad mayor era que una gran cantidad de jugadores se había teñido el pelo de rubio, y entonces ése era el color que predominaba en la vuelta olímpica posterior. Algunos la realizaron teniendo en brazos a sus hijos, mientras otros eligieron a sus sobrinos. Todo ello se efectuaba mientras el papel picado era expulsado por máquinas especiales, y desde atrás del arco que da sobre la calle Reservistas Argentinos aparecían fuegos artificiales que iluminaban el cielo.

El juego llegó más tarde, y las sonrisas de los locales se expandieron aun más por el triunfo. Vélez lo consiguió en apenas tres minutos, debido a que los goles de Zapata y Augusto Fernández se produjeron en ese lapso, y dejaron atrás la ventaja que tenían los de Avellaneda con el tanto marcado por Hauche. Todo eso se dio a los 18 minutos del primer tiempo, y luego el local controló el desarrollo sin problemas hasta el final. De la misma manera que recibió “ayuda” de Argentinos para consagrarse, Vélez permitió que los de La Paternal ingresaran a la Copa Sudamericana, y el propio Racing desperdició la última oportunidad que tenía.

Una nueva vuelta olímpica realizaron los jugadores de Vélez después del encuentro, para el delirio total de la gente, que seguiría los festejos en el Obelisco porteño. Por ese motivo, la noche de ayer volvió a ser muy larga para el nuevo campeón.

Estadio: Vélez.

Arbitro: Néstor Pitana.

Goles: 9m Hauche (R); 15m Zapata (V); 18m A. Fernández (V).

Cambios: 42m D. Ramírez (5) por Moralez (V); 69m Sills por Tobio (V); 71m Viola por F. Zuculini (R); 82m Franco por Silva (V).