Estudiantes sufrió una nueva derrota, esta vez ante Belgrano, que lo superó 3-2 y, sin dejar de pensar en su promedio, se anima a ir por más en el Apertura. El equipo cordobés jugó con un hombre menos durante más de una hora por la expulsión de Farré, pero supo ser efectivo para vencer a un rival que está sumergido en el fondo de la tabla y cada vez cuenta con mayores dudas.

El pasado reciente se hizo presente por un rato en el estadio de Quilmes para Belgrano. Porque Farré se fue al ataque aprovechando los espacios libres y, tras un remate de Vázquez que no contuvo el arquero, fue más rápido que una defensa dormida y punteó la pelota para convertir su gol. Porque poco después fue Olave el protagonista al tapar un penal ejecutado por Gastón Fernández que remató fuerte al medio. Ese combo se asemejó a lo que significó el descenso de River ante el propio Belgrano cuando el volante estampó el empate con un tanto que se facilitó con fallas en el fondo y el arquero le desvió, del mismo modo, el penal a Pavone.

El pasado de Estudiantes es opuesto a su actualidad, aunque no el de sus jugadores. Como en Boca en el semestre anterior, Cellay tardó en reaccionar y le sirvió el gol al rival. Por si fuera poco, al cierre de la etapa inicial, Silva bajó a Pereyra, y Mansanelli aumentó la cuenta desde los doce pasos.

La tanda de penales continuó en el complemento y Verón descontó. Pero Belgrano no lo dejó reaccionar. Al instante fue Grana el que puso el 3-1 con una gran definición. De poco le sirvió al local que el colombiano Zapata decorara el resultado sobre el final, pues el partido demostró que el equipo platense sigue padeciendo el presente y añorando su pasado reciente.