Teófilo Gutiérrez parece ser uno de los principales responsables, tanto para los de adentro como los de afuera, de la crisis futbolística que atraviesa Racing, que perdió en la tarde del sábado algo más que una nueva edición del clásico ante Independiente.

El duro cachetazo desnudó una profunda interna en el vestuario, en donde el colombiano es muy resistido por sus compañeros. “Los jugadores ya se cansaron del comportamiento del colombiano. Molesta que siempre piense en él y sus actitudes egoístas. Además de las protestas que derivan en expulsiones”, cita la agencia Télam a un conocedor de la interna del plantel racinguista.

El arquero Sebastián Saja, uno de los pocos a los que los hinchas de Racing no hacen cuestionamientos por rendimientos individuales, se hartó de los desplantes de Gutiérrez y, en pleno vestuario, tras acabar el partido, le recriminó al colombiano la tarjeta roja que le mostró el árbitro Sergio Pezzotta.

El resto es historia que también empezó a circular. Teo sacó de su bolso un revólver de juguete, uno de esos con los que se practica paint-ball, y la situación se tornó confusa, con puñetazos al aire de los dos y con el otro colombiano del plantel, Giovanni Moreno, lastimado en el forcejeo.

Además, Gutiérrez abandonó el estadio en un taxi, acompañado por el directivo Miguel Rosello, y no en el micro de los jugadores, tal como se esperaba.

“Si yo tuviese que tomar una decisión, conmigo Teo no juega más. Es una opinión personal porque el club está por encima de todos”, señaló Claudio Ubeda, hasta el sábado ayudante de campo de Alfio Basile. “Si no se toma una medida drástica, quedás mal con el resto del plantel. Por más que sea un gran jugador (por Teófilo), hay que predicar con el ejemplo con los demás”, prosiguió.

Para Ubeda, el episodio del vestuario era “algo que ya se veía venir. Fue una situación que debería haber pasado seis meses atrás pero el detonante fue el resultado de ayer (por el sábado). No es la primera vez que se agarraron a trompadas en un vestuario, pero fue algo desagradable, nunca me pasó en mi carrera algo así”.

Las continuas expulsiones de Teo con la camiseta de Racing (cuatro en la temporada, dos en el pasado Apertura y otras dos en el presente certamen) cambiaron la consideración de los que lo rodean a diario y también del público que sigue al equipo de Avellaneda.

“Los jugadores dicen que parece un chico que no aprende cuando se lo reta. Porque el tema de las expulsiones se habló entre todos, Gutiérrez hizo autocrítica y pidió disculpas. Pero la cosa sigue igual”, señaló la fuente citada.

Incluso, podría evaluarse la posibilidad de rescisión de contrato del delantero. Al respecto, Ariel Reck, abogado especialista en derecho deportivo, explicó hoy que si se le rescinde “con causa” el contrato al jugador, la entidad “podría buscar aplicarle la cláusula rescisoria que tiene y es de diez millones de dólares”.

“La cláusula de rescisión se aplica tanto al jugador que rompe contrato sin causa como al que con su conducta grave provoca el despido. Pero quien decida el caso puede reducir el monto de la cláusula”, explicó el abogado.