En su búsqueda por mejorar la imagen futbolística, Boca dio ayer un paso importante. Más allá del triunfo ante Independiente, el plantel entregó una versión mejorada de lo que venía ofreciendo. Y en eso tuvo que ver la dupla formada por el joven Juan Sánchez Miño y Walter Erviti, quienes se transformaron en los conductores, ante la salida de Cristian Chávez por decisión del entrenador. En ese sentido, también fue muy positivo el aporte de Diego Rivero por la derecha del mediocampo, que también reemplazó a Ledesma en ese puesto para darle más vuelo al único líder que tiene el torneo Inicial.

A partir de esos cambios, Boca pudo reencontrarse con la victoria, ante un rival que lo había complicado en los tres enfrentamientos anteriores que protagonizaron este año: el inolvidable 5-4 para los de Avellaneda, y los duelos por la Copa Sudamericana que dejaron afuera a Boca, después de igualar 3-3 en la Bombonera y sin goles en la revancha. Si bien Boca no desparramó brillantez, pudo al menos empezar a exhibirse algo más claro y prolijo de lo que había hecho hasta aquí.

Pero al equipo le costó acomodarse en el campo y pasó momentos de incertidumbre sobre todo en la primera parte del encuentro. Independiente tuvo allí algunas ocasiones para desnivelar, a partir del control de la pelota en la mitad de la cancha. Ustari falló en una salida y Schiavi terminó evitando el gol cerca de la línea. Después, Farías recibió solo en el área y remató desviado. La insistencia de los visitantes tuvo su premio a los 22 minutos, cuando Ferreyra desbordó por la izquierda, dejó atrás a Albín y a Schiavi, tocó al centro y Caruzzo convirtió en contra en su intento por rechazar.

Antes de esa jugada, Boca realizó otras dos en las cuales pudo haber desequilibrado: Ferreyra salvó en la línea un toque por arriba del arquero de Sánchez Miño, y luego el mismo jugador le pegó de zurda y Navarro respondió bien. Pero cuatro minutos después del gol visitante, Boca llegó al empate por intermedio de Silva, que cabeceó con precisión un envío desde la izquierda de Sánchez Miño.

El final de la primera etapa encontró a Boca volcado más hacia el arco de Navarro y a su rival sin la misma firmeza que en el inicio. Esa situación tuvo continuidad en el comienzo de la segunda parte y cuando apenas se había jugado un minuto, la gran figura del partido, Sánchez Miño, le quitó la pelota a Fredes cerca del círculo central, encaró hacia el área, se abrió un poco a la izquierda y cuando aparecía Navarro convirtió con un zurdazo al lado del palo.

Boca salió más adelante a jugar esa etapa e inclusive presionó bien cerca del área de Independiente. Esa actitud sorprendió al conjunto de Avellaneda, que no encontró respuestas para inquietar a Ustari y sólo tuvo una aproximación de riesgo. En cambio, Boca controló el desarrollo, y pudo haber aumentado la diferencia a través de Viatri y Schiavi.

Los dos extremos se cruzaron. Uno que intenta recuperar la corona local y venció a su rival luego de seis años en su estadio, y el otro que acumula 16 partidos sin poder ganar los tres puntos, y se hunde todavía más en la tabla de los promedios.

Estadio: Boca.

Arbitro: Pablo Lunati.

Goles: 22m Caruzzo (B) en contra; 26m Silva (B); 46m Sánchez Miño (B).

Cambios: 53m S. Cáceres (5) por Tula (I); 56m Vargas (5) por Rosales (I); 68m Vidal por Fredes (I); 78m Colazo por C. Rodríguez (B); 87m Acosta por Silva (B).