Lunes, 18 de marzo de 2013 | Hoy
FúTBOL › RACING, AQUEJADO POR LA IRREGULARIDAD GENERAL, EMPATó CON BELGRANO
El gol de Camoranesi entusiasmó a los hinchas, pero el empate de Velázquez los sumó en el mal humor. Hubo aplausos para Saja, quien sobre el final salvó la derrota, y silbidos generalizados. Ahora quedó a ocho puntos del líder Lanús.
Por Juan José Panno
Todo es muy irregular en el fútbol argentino. Una buena, una mala. Veamos a los equipos grandes: River, en fechas sucesivas, le gana a Tigre, pierde con San Lorenzo, supera a Colón y cae ante Newell’s; San Lorenzo vence a River, pierde con Tigre y le gana a Colón; Independiente gana dos partidos muy difíciles, pierde los dos siguientes y casi de milagro salva un empate en el otro, mientras Boca alterna buenas, regulares y malas en la Copa Libertadores y en el campeonato. A Racing le caben las generales de la ley. En este torneo se comió un 3-0 con Rafaela y logró el mismo resultado, pero al revés, con San Martín de San Juan. En el medio superó a Argentinos, cayó con Independiente y empató con Lanús. Ayer, como local, sumó un punto y una nueva frustración al igualar con Belgrano. Tiene 8 puntos sobre 18 posibles, lo que lo ubica más cerca de la cola que de la punta.
La gente, disconforme con el resultado, despidió al equipo con algunos silbidos y un cantito de apoyo al Chino Saja, lo que también sirve para calificar el rendimiento del equipo. Es que el arquero, que había hecho un par de buenas atajadas en el primer tiempo, salvó la derrota en una de las últimas jugadas, cuando un grosero error de Ortiz le dio a Carranza la posibilidad de meter un remate violentísimo al primer palo. Si Carranza hubiera pensado un poco más en vez de patear al arco, se la podía tocar hacia atrás a Mansanelli, que llegaba solo, pero aun así su remate fue tremendo y se chocó con las manos del arquero.
Racing juega apurado, acelerado, sin pausas y la gente parece acostumbrarse a ese ritmo de vértigo. Por eso, si Bolatti frena la pelota y trata de pensar su destino, caen murmullos de desaprobación. El equipo tiene mucho la pelota, pero no sabe aprovechar su dominio. En medio de su barullo, de vez en cuando alguna le sale. En el primer tiempo, Vietto hizo un doble enganche por la izquierda ante Turus, levantó la cabeza, metió el centro y Camoranesi cabeceó muy bien hacia la red. En el complemento se juntaron los pibes De Paul, Fariña y Vietto, y casi llega el segundo. Eso fue todo. Del otro lado, con poco, teniendo menos la pelota, Belgrano se las arregló para acercarse varias veces hasta las últimas líneas del equipo local. Quiroga metió un centro desde la izquierda, Márquez cabeceó desde la entrada al área chica, Saja sacó como pudo con el pie y Velázquez empujó el balón al arco vacío.
Belgrano parecía tener el partido servido, pero se asustó a medida que pasaban los minutos y le cedió el terreno a su rival, conformándose por anticipado con el empate. Sobre la hora casi se lleva el premio mayor, lo que hubiera convertido al Cilindro en un infierno.
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