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Por Adrián De Benedictis

Ante una nueva oportunidad para dejar en claro que el equipo está a la altura de los mejores del fútbol argentino, una vez más Racing volvió a trastabillar en el momento de alcanzar un objetivo grande. La urgencia por alcanzar una victoria, a partir de los resultados favorables que habían obtenido River y Boca, terminaron haciendo efecto contrario para este Racing que, lentamente, parece despedirse de la lucha por el torneo local. Dos derrotas consecutivas significan alejarse rápidamente de los líderes, y ahora el equipo tendrá que decidir qué le conviene para su futuro: apostar todo para el lado de la Copa Libertadores, o insistir para que el presente en el Clausura pueda cambiar y esperar que los punteros dejen unidades en el camino. Ardiles ya parece haberse decidido por la Copa.
Por el lado de San Lorenzo, el equipo de Rubén Insua consiguió ayer su primer triunfo de local y, a pesar de los últimos problemas –lesión de Romagnoli, y suspensión de Cordone–, quedó la sensación de que, con esfuerzo, puede complicar a los principales protagonistas.
Racing amagó con llevarse por delante a su rival cuando a los tres minutos se puso en ventaja con un preciso tiro libre de Mirosevic, que sorprendió al arquero Saja. Pero todo fue un espejismo, porque a los diez minutos San Lorenzo llegó a la igualdad con un cabezazo de Michelini, y a partir de ese momento Racing nunca pudo demostrar superioridad sobre su rival. Los ataques del conjunto de Avellaneda fueron aislados, y muchas veces llegaban por intentos individuales. Precisamente, un jugada de Milito en el área terminó con un remate que Saja, bien ubicado, detuvo.
Después de que Astudillo se apuró para definir ante Campagnuolo, dos minutos más tarde tuvo su revancha con un cabezazo para poner en ventaja a los locales. El delantero ingresó sin marca por el segundo palo, luego de un tiro libre desde la izquierda de Morel Rodríguez, que Herrón había cabeceado en el primer palo. En el final de la primera parte, Astudillo tuvo otra chance de espaldas al arco, luego Saja se lo tapó a Milito, y en la última Morel Rodríguez cruzó justo ante la entrada de González.
La segunda parte exhibió a un Racing sin respuestas físicas para llegar a la igualdad y, sobre todo, sin respuestas futbolísticas, algo que caracterizaba al equipo de Osvaldo Ardiles. Ahí el plantel pareció sentir el viaje a Bolivia durante la semana, cuando derrotó a Oriente Petrolero.
San Lorenzo siguió buscando y se acercó a Campagnuolo con un cabezazo de Astudillo que se fue por arriba, y después con un tiro libre de Acosta que se desvió en la barrera. En el medio, Peralta remató alto un centro desde la izquierda. Racing no tenía orden, y San Lorenzo aprovechó ese desconcierto con una perfecta definición de Acosta, quien le pegó por arriba del arquero desde afuera del área. Luego, Astudillo se perdió el cuarto gol. A esa altura, Racing seguramente ya pensaba en los octavos de final del torneo sudamericano.