San Lorenzo fue superior a River en el clásico y se llevó un merecido triunfo por 1-0, con un gol de Julio Buffarini, de penal. Hubo polémica porque el ex Ferro debió ejecutar dos veces su remate desde los doce pasos: en la primera atajó Marcelo Barovero, pero el árbitro cobró invasión y lo hizo repetir. Para River, la de ayer fue la tercera derrota en lo que va del torneo, y la segunda en forma consecutiva.

San Lorenzo tuvo claro de entrada que su negocio frente a River pasaba por tener la pelota, jugarla por abajo y tratar de sorprender por las bandas para ganar metros y sumarle algo de ritmo al partido. River, en cambio, parecía estar cómodo aguantando la presión del rival en su campo, a la espera de la oportunidad para sorprender de contra con la velocidad de su hombre de punta, el uruguayo Rodrigo Mora, quien en los primeros minutos estuvo a tiro de la apertura del marcador, pero se resbaló y en el acomodo terminó tocando la pelota con la mano antes de sacar el remate, y por eso el árbitro Darío Herrera anuló el gol.

Los dirigidos por Juan Antonio Pizzi no se corrían del libreto y se las ingeniaban para hacer circular la pelota por todo el frente de ataque. En una de esas jugadas, Ignacio Piatti recibió sobre la franja izquierda y sacó un centro que Leandro Navarro cabeceó libre, pero a las manos del arquero Marcelo Barovero. Unos minutos más tarde, y sin que mediara ataque de River, Angel Correa generó otra chance clara para los locales, pero su definición, previo sombrerito a Jonathan Maidana, dio contra el abdomen del ex arquero de Vélez.

No le encontraba la vuelta el equipo de Ramón Díaz al partido y no lograba la profundidad necesaria como para inquietar a Sebastián Torrico, que no tenía demasiado trabajo. Piatti y Correa tuvieron otras chances claras de gol cuando faltaban menos de quince minutos para el descanso, y otra vez respondió bien Barovero para salvar el cero. El problema de River estaba en el mediocampo. Esta vez, a diferencia de lo que pasó en el partido de ida por la Copa Sudamericana, a River no le funcionó el mediocampo destructivo, porque ni Ariel Rojas ni Matías Kranevitter conseguían trepar por las bandas para asociarse con Jonathan Fabbro o el colombiano Teo Gutiérrez. A los 45, Fabbro hizo frente a la pobreza y probó suerte con un remate desde afuera que Torrico sacó afuera de un manotazo.

Ramón Díaz metió mano en el equipo y mandó a la cancha a Carbonero por Fabbro. Pero la modificación no le rindió frutos de entrada y eso comenzó a desesperar al entrenador, que gritaba a un costado para que sus jugadores se despertaran.

Otra vez debió aparecer Barovero para tapar un buen disparo de tiro libre de Navarro, que se le metía por el primer palo. Y a los 55, Vangioni tocó a Verón en el área, el de San Lorenzo se derrumbó ante el contacto y el árbitro cobró penal y, para colmo, amonestó al ex Newell’s.

Buffarini –que venía haciendo un buen partido– se encargó de la ejecución y remató a la derecha del arquero, que le contuvo el disparo. Pero el árbitro lo hizo repetir por adelantamiento del arquero de River. En la segunda chance, Buffarini le cambió el lado a Barovero y puso a su equipo en ventaja.

Díaz intentó cambiar el rumbo con los ingresos de Lanzini y Funes Mori, y tras el reacomodamiento canalizó la bronca con un poco más de actitud, pero siguió sin llegar al arco de Torrico. En los minutos finales, San Lorenzo bajó la persiana y apostó a conservar la ventaja con intensidad en la marca. Carbonero tuvo la última, pero remató afuera.