Desde Rosario

No alcanzó la remontada de los últimos minutos para que Central lograra la hazaña de recuperar una desventaja de tres goles. En el resultado, quedó a la puerta de una igualdad que hubiera sido inolvidable, pero en el rendimiento culminó mucho más lejos que su rival. Vélez aprovechó apenas tres de las incontables ventajas que le otorgó la defensa local para liquidar el juego cuando recién se iniciaba el segundo tiempo. El equipo de Gareca fue más preciso y efectivo gracias a la estupenda tarde del joven Ramiro Cáseres, para revertir así la racha de resultados adversos que lo aquejaba. El local, en tanto, retrocedió en su andar y cortó una seguidilla de ocho partidos sin derrotas.

Central llegaba en alza y Vélez, en baja. Uno arrastraba confianza y momentos de buen juego, semana a semana, y otro sufría aún la eliminación en la Copa Sudamericana. Pero en el mano a mano ambos revirtieron su presente. El equipo auriazul cambió para mal, porque no pudo prolongar el estilo que Russo le había impregnado al equipo. El vértigo, la presión y la suma de volantes en ofensiva fueron bien neutralizados por defensores y volantes de contención de Vélez. Pero también contribuyó la falta de concentración con la que Central disputó gran parte del partido. Sus jugadores sumaron yerros por doquier. En defensa, como en casi todos los partidos anteriores, pero también cometieron impericias en ataque. Careció de desnivel durante 75 minutos, panorama que sólo pudo modificar con los buenos ingresos de Acuña y Castillejos.

Vélez no fue grande desde el minuto cero. Se paró cauteloso, especulador y hasta impreciso. Pero con el correr de los minutos fue creciendo gracias, primero, al talento de Insúa y, luego, a la explosión de Cáseres. El enganche fue el mejor lector del juego, fue inteligente para encontrarse siempre libre de marcas y asistió a todos sus compañeros con justeza y algún que otro lujo. Del exquisito pie izquierdo de Insúa partió un gran pase para que Cáseres marcara el primer tanto. El joven debutaba como titular y desairaba por igual a laterales y centrales. Vélez se agrandó con la ventaja y dilapidó chances para agrandar el resultado.

Pero antes del minuto del epílogo, Central le entregó las llaves de su área al no poder despejar la pelota y habilitar a Cáseres, quien no perdonó. El 2-0 abajo desdibujó completamente al local, impaciente vía el murmullo de su hinchada, rezongos inmerecidos para un plantel que creció en juego y se despegó de los puestos de descenso. El visitante se paró de contra, se valió del retroceso amateur de su rival y Cáseres clavó el tercero luego de un cambio de frente de Allione. Caranta no encontraba solidaridad en sus compañeros y debía buscarla al fondo de la red.

La reacción llegó, tarde, pero llegó. Russo acertó con Acuña y Castillejos, aunque no arriesgó demasiado porque modificó puesto por puesto. Los suplentes marcaron los descuentos, uno cada uno, el último en tiempo recuperado. Ya no había margen para conseguir el empate, que hubiera sido inmerecido de todos modos. Central pagó muy caro todos sus desaires y, sobre todo, el no haber mantenido el libreto que lo llevó a convertirse en la revelación de las últimas fechas.

Estadio: Central

Arbitro: Mariano González

Goles: 10 m, 46 m, y 53 m, Cáseres (V); 41 m, Acuña (C), 90 m, Castillejos (C).

Cambios: 57 m, Canteros (5) por Desábato (V); 59 m, Acuña (6) por Medina (C); 68 m, Castillejos por Luna (C); 78 m, Correa por Cáseres (V); 84 m, Copete por Insúa (V).