FúTBOL › RIVER SE QUEDó CON EL TRIUNFO ANTE GIMNASIA CON UN GOL DE PONZIO
La cifra debió haber sido más abultada por lo hecho por uno y otro a lo largo de los 90 minutos. El gol de Ponzio fue poco premio para lo hecho por el equipo de Ramón Díaz. Lanzini fue la figura.
Desde el arranque quedaron claras las intenciones de los dos equipos, que podrían sintetizarse brutalmente así: uno fue a buscar el gol y el otro fue a buscar un punto, uno quiso y el otro se propuso que el otro no pueda. Por eso, en los 45 minutos iniciales, Barovero casi no tocó la pelota y Monetti una vez la tuvo que ir buscar al fondo del arco y casi podría decirse que la sacó barata.
Gimnasia planteó un 4-4-2 elastizado con el retroceso de los delanteros para colaborar en la obstrucción. Si en la cabeza de Troglio estaba la idea de sorprender con algún contraataque, la realidad marcó que Gimnasia nunca inquietó al fondo de River. Las pocas veces que los platenses recuperaron la pelota en la mitad de la cancha, con el rival jugado al ataque, no tuvieron precisión o no carecieron de velocidad, o las dos cosas, y de ese modo sus espaciados contraataques se diluyeron rápidamente. Vale como dato que, recién a los 42 minutos, Gimnasia pateó su primer tiro al arco: García de media distancia, una masita a las manos de Barovero.
River tardó demasiado en encontrar el primer gol. Cuando se iba de largo el primer tiempo, Ponzio capitalizó una salida en falso de Oreja y clavó el remate, medio mordido contra el palo derecho de Monetti, que tuvo poca reacción. El primer gol pudo haber llagado mucho antes en cuatro o cinco jugadas de verdadero riesgo, la primera y la más clara a los 8, cuando Lanzini recibió de Kranevitter, enganchó con mucha habilidad y cruzó el derechazo, muy cerca del palo izquierdo.
El gol de Ponzio calmó la impaciencia del público local, que se fastidiaba cuando los jugadores hacían lenta la salida o se repetían en la búsqueda por el medio, donde se juntaban defensores y mediocampistas rivales atrincherados.
Las entradas y salidas de Cavenaghi, Lanzini y Teo Gutiérrez, y algunos encuentros entre ellos, revelaban buenas intenciones que ni se podían traducir en llegadas claras, aunque el gol siempre andaba rondando los tres palos de Monetti.
En el primer tiempo, River pateó diez corners, manejó la pelota y dominó el terreno siempre. El gol llegó como consecuencia de ese martilleo permanente.
En el segundo período se quebró un poco el monólogo porque Gimnasia, obligado por las circunstancias, se adelantó unos cuantos metros en el campo y River dispuso de mucho más espacios para poder liquidar el partido. Los desordenados avances de Gimnasia no se tradujeron en situaciones claras de gol, pero sí alcanzaron para dejar al descubierto algunas fisuras en la última línea local. De contra, River tuvo una gran ocasión cuando Lanzini lo dejó cara a cara a Cavenaghi con el arquero, pero su remate se estrelló en un palo.
Para cerrar el partido, Ramón Díaz mandó a la cancha a Funes Mori por Vangioni y armó la línea de fondo con Mercado, Maidana, Alvarez Balanta y Funes Mori. De yapa lo puso al Lobo Ledesma por Ponzio, para mantener la pelota en el medio. La impotencia y la falta de ideas de Gimnasia hizo que Barovero terminara aburriéndose.
Ganó bien River, merecidamente, con un 1-0 mezquino que no alcanza para medir las distancias entre los dos equipos.
Estadio: River.
Arbitro: Pablo Lunati.
Gol: 44m, Ponzio (R).
Cambios: 69m, Menseguez por Gutiérrez (R) y Mendoza por Oreja (G); 72m, Funes Mori por Vangioni (R); 75m, Borghello por García (G); 79m, Ledesma por Ponzio (R); 81m, Rasic por Pereyra (R).
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