La noche se desplomaba sobre el Parque de los Patricios y las columnas avanzaban sólidas, ya enronquecidas, por avenida Caseros, en busca del sitio de encuentro: la puerta de la sede del club, al 3100. Muchos, la mayoría, acaso todos, ansiaban haber estado muy lejos de allí, a más de mil kilómetros de distancia, en Mendoza, allí donde el Globo inició su despegue final en el largo y azaroso retorno a Primera. Pero como la organización del fútbol argentino vive absolutamente desconectada de quienes sostienen la pasión, sólo unos poquitos pudieron mojarse sin prejuicios en la lluvia de la tarde cordillerana mientras gritaban, uno a uno, los goles que consagraban el ascenso tan anhelado, el que completa el sentido exitoso de la conquista iniciado tres semanas atrás con la captura de la Copa Argentina. Y dos, tres horas después del pitazo final, decenas de miles de hinchas blancos y rojos, hombres, mujeres y niños con el barrio marcado a fuego en el pecho, se apretaban en una masa compacta de felicidad. Huracán vuelve a estar, una vez más, en su lugar.

La victoria 4-1 sobre Atlético Tucumán en Mendoza, sin público y sin pudor, decidió la suerte del quinto puesto de la Zona B del torneo de Transición de la B Nacional, la última plaza del grupo que otorgaba el derecho al despegue. Hasta allí, la burocracia. Desde allí, la consumación del deseo largamente postergado del plantel, que sufrió a mitad de año tras una campaña frenética en la última parte del torneo 2013/2014, que lo llevó a jugar un partido desempate por el tercer ascenso contra Independiente, en La Plata, y lo perdió con sabor amargo. La esperanza que despertaron los anuncios de los diez ascensos chocó contra los resultados inesperados, y mientras el equipo trepaba y trepaba en la Copa Argentina, volteando equipos de otra categoría (literalmente: Boca, Banfield, Estudiantes, Rafaela, luego Central en la final), tropezaba en cambio contra conjuntos más débiles del interior profundo.

Lo que iba a ser un corto interinato de Néstor Apuzzo, el tradicional bombero de los incendios en el primer equipo, ante la salida intempestiva de Frank Darío Kudelka, se transformó en una férrea campaña, con una sola derrota, con el título de la Copa, la clasificación a la Libertadores y dos goleadas en los partidos definitivos. Huracán vuelve a Primera, ¿qué mejor para subir que un Globo?

Fue superior ayer a Atlético Tucumán, tuvo varias chances que no concretó en el primer tiempo, se desdibujó en el primer cuarto de hora del complemento y sufrió el impacto del gol de Menéndez. Mancinelli empató con un bombazo, ya en el alargue Romero Gamarra puso el 2-1 en la primera que tocó, Wanchope Abila volvió a sorprender con su definición a un toque y con caño incluido, y el gol de penal de Torassa llegó cuando todo estaba concluido. Otra vez, como en 2007, Huracán ascendió en el Malvinas Argentinas de Mendoza. Esta vez ante una decisión imperdonable: la gente se quedó afuera. Pero en la avenida Caseros se reunieron todos. No faltaba ninguno.