Había dos posibilidades, después de la goleada y la gran producción de River ante Banfield, a dos semanas del primero de los superclásicos: que Boca se apichonara o que se sintiera estimulado para producir un gran trabajo, y ponerse en un plano de igualdad con su tradicional rival. El 3-1 final, que pudo ser más amplio, resume el camino escogido por los muchachos del Vasco. Jugó bien Boca, especialmente en el segundo tiempo, tuvo un buen funcionamiento colectivo, asumió muchos riesgos, fue a buscar siempre y tuvo puntos altísimos en el rendimiento individual, con Pérez, Sara, Lodeiro, Pavón y Castellani como estandartes. Lanús también hizo su aporte para que el juego resultara dinámico, intenso, muy emotivo y el simple dato de que Sara fue también una de las figuras lo corrobora. Con este resultado, Boca se acomodó también en la punta de la tabla, al igual que River, lo que aumenta el interés por lo que se viene.

El primer tiempo fue entretenido porque los dos mostraron intenciones ofensivas, aunque por caminos diferentes, y porque mostraron más preocupación por armar que por desarmar.

Boca fue más frontal, procuró manejar más tiempo la pelota y elaboró juego con los encuentros de Pablo Pérez y Lodeiro, y las trepadas por los laterales de Peruzzi y Colazo, mientras Carrizo y Pavón, bien abiertos sobre las puntas, inquietaban a sus marcas.

Lanús se sintió más cómodo en la contra y llegó con chances cuando recuperó la pelota y partía con velocidad, lo que le permitía provocar alguna fisura en el fondo rival. El equipo de Guillermo Barros Schelotto armó en el amanecer del partido una jugada fenomenal que le permitió abrir el marcador. Aguirre por la derecha fue el iniciador de la acción con un buen pase a Ortiz, quien se fue por el andarivel derecho y metió el centro rasante para la llegada de Melano y de Ayala. Melano se abrió de piernas inteligentemente porque vio que su compañero llegaba mejor posicionado y Ayala, con todo el arco de frente, no tuvo problemas para someter a Sara.

Boca lo empató a los 17 minutos, con una jugada mucho más directa. Lo hizo Carrizo, concretando un gran pase en profundidad de Pablo Pérez. La pelota dio un pique que favoreció al delantero y dejó mal parado al lateral Silva, mientras el arquero abandonaba el arco. Carrizo, que no se destaca por sus cabezazos, precisamente le dio con justeza y clavó el empate. Desde ahí y hasta el final del encuentro, pero fundamentalmente en los 45 minutos finales, el partido tuvo un ritmo infernal.

Cubas, que había jugado en la semana por la Copa, le dejó su lugar a Castellani, y el medio se convirtió en una zona de tránsito liviano y acelerado. Desde ese sector y en una de las tantas jugadas rápidas que se dieron en el encuentro, Osvaldo le metió un gran pase en profundidad a Pavón y el pibe, después de desacomodar a Velázquez, cruzó el remate y estableció el merecido 2-1.

Sobre el final, Lodeiro ejecutó muy bien un penal que le habían hecho a él mismo y le puso sello al partido y a su buena actuación personal. A todo Boca le interesa haber sumado los tres puntos, pero tanto como ello le interesa haber demostrado que la victoria se logró con una actuación muy destacada.

Estadio: Lanús.

Arbitro: Fernando Echenique.

Goles: 44 s, Ayala (L); 17 m, Carrizo (B); 64 m, Pavón (B); 90 m, Lodeiro de penal (B).

Cambios: 46 m, Castellani (6) por Cubas (B); 58 m, Di Renzo (4) por Astina (L); 71 m, S. González por Aguirre (L); 74 m, Calleri por Osvaldo (B); 78 m, Pasquini por Velázquez (L); 82 m, Fuenzalida por Pérez (B).