Lunes, 29 de junio de 2015 | Hoy
FúTBOL › LOS TéCNICOS ARGENTINOS COPARON LAS SEMIFINALES DE LA COPA AMéRICA DE CHILE
Jorge Sampaoli con el local, Ricardo Gareca con Perú, Ramón Díaz con Paraguay y Gerardo Martino con Argentina ubicaron a la escuela de entrenadores del país en lo más alto. Los cuatro se dividen de a dos con diferentes estilos.
Dos entrenadores, Jorge Sampaoli con Chile y Gerardo Martino con Argentina, son “hijos” predilectos de Marcelo Bielsa, los otros dos, Ricardo Gareca con Perú y Ramón Díaz con Paraguay, son “independientes”. Los cuatro son argentinos y han copado las semifinales de la Copa América 2015. La escuela de técnicos argentinos no ha dejado espacio para nadie más en Chile. Sólo el brasileño Dunga podía evitar el pleno, pero la noche del sábado perdió su duelo contra el riojano Díaz. Desde hace años, el acento que se escucha en los banquillos de la Copa América es argentino. Si en Chile 2015 seis de los 12 entrenadores han sido de esta nacionalidad, en Argentina 2011 ya eran cinco.
Además de los semifinalistas en esta Copa América, también compitieron José Pekerman al frente de Colombia, y Gustavo Quinteros en Ecuador. Ahora el título queda en manos de alguno de los cuatro: Sampaoli y el ex delantero Gareca se enfrentarán en la semifinal de hoy, y Martino y Díaz en la de mañana entre Argentina y Paraguay.
“Es una alegría enorme (...) es muy bueno para todo un pueblo argentino porque tiene entrenadores de gran calidad”, dijo Díaz después de eliminar a Brasil. Todos buscan emular en la Copa a Alfio Basile, el último estratega argentino que levantó el título con la Selección en 1993.
En la primera semifinal toda la presión será para Sampaoli. Entusiasmado con su Copa América, Chile no quiere que nadie le arrebate el trofeo, que sería el primero de la historia del país. Con el recuerdo del juego moderno y ofensivo que instauró el rosarino Bielsa, Chile se encomendó a uno de sus discípulos para clasificar al Mundial de Brasil 2014 y para el reto mayúsculo de esta Copa América en su casa. El Chile de Sampaoli es “una máquina de atacar y de atacar y de atacar”, le reconoció Martino, compañero de escuela bielsista.
Martino es el otro estandarte del fútbol atacante en la Copa pero con un estilo no tan arriesgado como el de Sampaoli, moviendo más el balón y buscando el momento oportuno para que Messi u otra figura argentina puedan asaltar el arco rival. Martino y Sampaoli son, como Bielsa, de la ciudad de Rosario o alrededores. Desde esa zona, tan fértil futbolísticamente que también vio nacer a Messi y Di María, Bielsa gestó una idea que renovó el fútbol argentino, tradicionalmente dividido entre menottistas y bilardistas.
Hijos pródigos de Newell’s, su estadio lleva el nombre de Bielsa y una de las tribunas, el de Martino. El credo del primero, un entrenador más alabado por su propuesta que por sus logros, aunaba un estudio obsesivo del juego con una ética basada en la modestia y el trabajo. Sus pupilos bebieron de él, y ahora buscan en esta Copa América el título que su maestro nunca pudo lograr con Argentina ni con Chile.
Los otros dos entrenadores semifinalistas, Gareca y Díaz, llegan sin tantas urgencias a los cruces. Ambos acaban de iniciar sus procesos con la mirada puesta en las eliminatorias para el Mundial de Rusia 2018. En Chile, han demostrado que son viejos zorros del fútbol, dueños de un pragmatismo que les ha permitido extraer todo el potencial de sus equipos, teóricamente inferiores a otras selecciones que se han ido quedando en el camino.
Como jugadores, El Tigre y el Pelado fueron goleadores mundialistas. Díaz hizo carrera en Argentina y en Italia, pero su trayectoria en la Selección se extinguió por un encarnizado enfrentamiento con Diego Maradona, con el que había formado una demoledora dupla que ganó el Mundial Sub-20 de Japón 1979.
Gareca fue capaz de jugar en River y en Boca, los dos clubes más colosos de Argentina. Como técnico ha dirigido en Perú, Colombia, Brasil y Argentina, donde sacó cuatro veces campeón a Vélez entre 2009 y 2013. También El Pelado ha sido un trotamundos como jugador y entrenador. Múltiple campeón con River en el fútbol local y ganador de la Copa Libertadores en 1996, la de Paraguay es su primera experiencia al frente de una Selección.
En Chile 2015 ya se las ha ingeniado para remontarle dos goles de ventaja a Argentina, en su enfrentamiento de la primera fase que finalizó 2-2 y para revertirle uno en cuartos a Brasil, al que terminó tumbando en los penales. La Selección de su país, a la que Díaz siempre ha soñado dirigir, es su último obstáculo para lograr que Paraguay revalide la hazaña de llegar a la final como en Argentina 2011.
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