“Estuve en la cama sin poder moverme, con vómitos. Pero ahora ya estoy bien, disfrutando de todo esto, de este título especial por haber sido contra un equipo argentino. No es fácil ser el mejor equipo del mundo”, dijo Lionel Messi, quien consiguió el tanto que abrió la final del Mundial de Clubes y luego levantó su mano hacia la tribuna de River a modo de disculpas. Esa conquista, la número 500 de su carrera, le permitió quedar como máximo goleador histórico del certamen con cinco festejos, al igual que el uruguayo Luis Suárez y César Delgado. “Estoy feliz por seguir entrando en la historia de este club tan grande. Ojalá podamos sumar algún título más para tener más y continuar de esta manera. Aunque sabemos que cada año es más difícil”, mencionó el rosarino, que se quedó con el Balón de Plata. “No hicimos un partido perfecto, pero merecimos esta victoria. Si bien tuvieron alguna chance, creo que fuimos superiores”, agregó.

Para Javier Mascherano, surgido de las inferiores de River, “fue difícil aislarse de quién estaba en frente, es la realidad. Estuve estos días tratando de aislarme de todo, sabiendo que uno tiene que hacer esto como una profesión. Me hubiera gustado que el rival fuera otro”. El volante de la Selección, que en Barcelona se desempeña como segundo marcador central, contó que abrazó a Gallardo y lo felicitó por “todo. Una derrota como la de hoy no cambia en absolutamente nada lo que han hecho estos jugadores y este cuerpo técnico en la historia de River”. “Me gustó la manera en la que compitieron, demostraron por qué llegaron hasta acá”, añadió.

Por último, habló sobre los silbidos que recibió por parte de la hinchada de River. “No me molestan, yo sentí mucho más el cariño de la gente, el aliento. Para ellos soy un rival y no pretendía un trato especial. River estaba representado por los chicos que jugaron hoy. Me hubiese gustado traerlo hasta acá y lamentablemente, cuando estuve, no lo pude lograr. Hoy me toca defender esta camiseta, estoy comprometido con este club y me hubiese dolido equivocarme”, concluyó.

El uruguayo Luis Suárez, que convirtió una tripleta en semifinales ante Guangzhou Evergrande y un doblete ayer, subrayó que más allá de lo individual, “lo importante era conseguir el título, que era la ilusión con la que vinimos a este campeonato”. De sus compañeros de ataque, con los que conforma un tridente de antología, apuntó que “ellos (Messi y Neymar) querían jugar sí o sí, más allá de las dificultades que hubo en los días previos”. “Jugó como el típico equipo sudamericano, presionó bien y cortaron muchas veces, aunque no es excusa. Hasta que Leo abrió con el gol y en el segundo tiempo manejamos más, hasta que hicimos el segundo y el tercero”, analizó el delantero, quien conquistó el Balón de Oro y señaló que “el próximo desafío es no bajar y seguir por la misma senda, con la misma ilusión, porque estamos en el mejor club del mundo”. A su vez, el Balón de Bronce se lo llevó Andrés Iniesta.

Por último, el entrenador del equipo español, Luis Enrique, consideró que “el estilo Barsa domina y sigue siendo el referente para cualquiera a quien le guste el fútbol”. En conferencia de prensa, reconoció que Messi le pidió jugar la semifinal “aunque no se tenía en pie del dolor” y que River “está muy trabajado y compitió bien”, aunque “es difícil vencer a un rival que está en una línea tan buena como la que mantiene ahora el Barcelona”.