FúTBOL › RIVER CAYó 4-1 ANTE COLóN EN SANTA FE Y DEJó PASAR LA OPORTUNIDAD DE PRENDERSE EN LA PELEA
El equipo de Marcelo Gallardo sigue sin encontrar un rendimiento óptimo y anoche dio otro paso atrás al caer en el Cementerio de los Elefantes. La figura del partido fue Alan Ruiz, que marcó tres tantos y se convirtió en el goleador del torneo.
› Por Juan José Panno
Raro, rarísimo lo de Colón, a tono con un campeonato que de por sí es raro y que de tan cambiante que es da lugar a todo. En las primeras tres fechas sumó 9 puntos, hizo 9 goles y le metieron 3; en las tres fechas siguientes no sumó un solo punto, hizo 2 goles y la fue a buscar 11 veces al fondo de su arco. Ese Colón de doble faz, que da y recibe sin términos medios, sumó un nuevo hito para su singular campaña: le ganó por 4 a 1 a River en su estadio y terminó envuelto en las mieles del ole de sus hinchas, que hasta un rato antes no confiaban ni un poquito en la victoria.
Que Colón haya merecido la victoria no se discute, pero sí queda claro que la diferencia fue exagerada, excesivo premio para su producción y demasiado castigo para la de River. Baste repasar el cuarto gol del equipo santafesino para que se entiendan las curiosidades que rodearon al encuentro: Barovero recibió un pase atrás, se preparó para mandar el remate hacia el medio de la cancha y pateó encima de Alan Ruiz, que había ido a molestar su salida casi por inercia. La pelota dio en la pierna levantada del volante de Colón y se fue mansita, mansita a la red. Un auténtico blooper. El bueno de Barovero no suele cometer semejantes errores y tal vez se pueda marcar en su descargo que había quedado medio conmocionado después de la ráfaga del rival, que en pocos minutos había convertido dos goles y en el medio de ellos se había quedado con un jugador más, por la expulsión de Nacho Fernández.
Alan Ruiz se quedó con la pelota del partido porque hizo una tripleta, eso que ahora llaman hat trick, una expresión inglesa que en realidad se debe aplicar sólo cuando un jugador hace un gol con la pierna derecha, otro con la izquierda y otro de cabeza. No fue este el caso. El primero de Ruiz fue un zurdazo violento desde afuera del área; el segundo fue un toque sutil de zurda en una pelota que le había metido en profundidad Figueroa a las espaldas de los centrales de River, y el tercero, ya se dijo, fue más de culo que de cabeza. Entre el primero y el segundo de Ruiz, Sperdutti también se anotó en el marcador (el 2 a 1) después de un centro de Figueroa, aprovechándose de que Barovero no había salido con toda la decisión que la jugada imponía.
A los 14m del segundo tiempo y después de esa ráfaga demoledora, Colón construyó la celebrada victoria que sobre la mitad del primer tiempo no imaginaba ni el más fanático de sus hinchas. En ese primer segmento, el equipo de Gallardo, que manejaba con más criterio la pelota, se había puesto en ventaja con una buena aparición ofensiva de Mammana y no padecía demasiados inconveniente en defensa, a pesar de la emparchada última lína, sin Mercado ni Vangioni (reservados para jugar en La Paz) ni Maidana (lesionado). Jugaron en el fondo Casco, en un puesto que no es el suyo, Mammana, Ponzio (en una posición en la que no se siente muy cómodo) y Vega, pero no se notaba.
El empate de Alan Ruiz tuvo un primer efecto psicológico importante, porque Colón se dio cuenta de que podía y River se achuchó. Ya D’Alessandro no pesaba, Martínez y Fernández se diluyeron en la confusión general con ese reparto de la pelota y los macanazos.
En los primeros 45 minutos todo fue bastante ordinario, apenas matizado por dos buenos goles. Chocaban mucho, cometían faltas groseras (hubo un patadón de Bastía a Alonso, un empujón de principiante de Clemente Rodríguez a Martínez y varias burradas más).
A River, en principio, lo seducía la idea de sacar un buen resultado con un equipo alternativo y a Colón le interesaba esa rachita adversa que se le venía encima y por eso los dos se preocuparon mucho por no dejar jugar y cortar la creación del rival, como prioridad.
Pero el fútbol se nutre siempre de imprevisibles y por eso en el segundo tiempo todo se liquidó en un ratito, cuando Colón supo explotar las debilidades defensivas de su rival. Y las circunstancias fortuitas que empezaban a jugar en su favor.
Los cuatro cachetazos le duelen a River (nunca le habían metido cuatro en un partido oficial desde que asumió Gallardo), pero el malestar no va a durar mucho porque ya tienen puesta la cabeza en el encuentro contra The Strongest por la Libertadores. Mientras tanto, los hinchas de Colón se preguntan si la próxima goleada será a favor o en contra.
Estadio: Colón.
Arbitro: Fernando Rapallini.
Goles: 21m Mammana (R); 32m Ruiz (C); 53m Sperduti (C); 57m Ruiz (C); 59m Ruiz (C).
Cambios: 36m Bastía (4) por Lagos (C); 46m Viudez (4) por González (R); 64m Arzura por D’Alessandro (R); 70m Silva por Figueroa (C); 74m Bertolo por Martínez (R), Villafañe por Rodríguez (C).
Incidencias: 54m expulsado Fernández (R); 87m expulsado Bastía (C).
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