Barcelona, con las presencias de Lionel Messi (foto, junto a su esposa y su hijo Thiago en el festejo) y Javier Mascherano, se adjudicó ayer la edición 2015-2016 de la Copa del Rey de fútbol de España, tras derrotar en tiempo suplementario por 2-0 a Sevilla, en el encuentro decisivo que ambos celebraron en el estadio Vicente Calderón de Madrid. En una final que mostró todos los condimentos: expulsiones, jugadores lesionados, dominio alternado, juego brusco por momentos, el encuentro finalizó empatado en cero. Pero el equipo dirigido por Luis Enrique, que retuvo el título alcanzado durante la pasada temporada, sacó provecho de un mejor desempeño físico en el alargue y terminó festejando con los goles convertidos por Jordi Alba y el brasileño Neymar. El partido, de nivel técnico regular pero con interesantes aristas emotivas, tuvo a dos jugadores argentinos expulsados. A los 36 minutos de la primera etapa, Mascherano derribó al delantero francés Kevin Gameiro, cuando se iba al gol, y el árbitro Carlos del Cerro interpretó que se trataba de una acción de último hombre por lo que le mostró la tarjeta roja. Y cuando se jugaba el minuto 46 de la segunda parte, el rosarino Ever Banega, del Sevilla, volteó en la puerta del área a Neymar, por lo que recibió la misma sanción. El encuentro resultó parejo al principio, con dos conjuntos que se alternaron en la posesión de la pelota. Messi, quien conquistó hoy su 28vo. trofeo con la camiseta del Barcelona (8 Ligas, 4 Copas del Rey, 6 Supercopas de España, 4 Ligas de Campeones, 3 Supercopas de Europa y 3 Mundiales de Clubes) estuvo bien marcado y no pudo prevalecer. Andrés Iniesta asumió la conducción del blaugrana, aunque los andaluces pusieron en aprietos al arquero Ter Stegen. El desarrollo cambió bruscamente con la expulsión de Mascherano. La diferencia numérica incidió para que Sevilla asumiera la iniciativa, con Banega como conductor. De hecho, el rosarino, dispuso de la oportunidad más clara en la segunda parte, con un disparo que pegó en un poste, tras rebotar ligeramente en Piqué. Al Barsa el panorama se le puso más oscuro cuando el uruguayo Luis Suárez salió lesionado y sus opciones defensivas dependieron en exclusiva de Neymar, de buen partido. En el alargue fue un monólogo del Barcelona. Una aparición de Messi, asistiendo con un pase pinchado, le dio la posibilidad al lateral Jordi Alba de abrir la cuenta. Sevilla estaba nocaut de pie, porque las piernas de sus jugadores ya no respondían. Barcelona dispuso de diferentes ocasiones para aumentar pero el resultado recién se amplió en tiempo de descuento, con una definición certera de Neymar.