CONTRATAPA › LAS CURIOSAS HISTORIAS DE LUCCHETTI, JAVIER GARCíA Y CARRIZO
Una de las pocas grandes diferencias en el River-Boca de mañana está en las vallas, donde los de Núñez cuentan con una pieza garantizada, mientras que los xeneizes volverán a recurrir a un juvenil, que nunca se afirmó en el equipo y que buscará aprovechar su tercera oportunidad.
› Por Juan José Panno
Hace un tiempo, Claudio Borghi apeló a una curiosa figura para elogiar a Riquelme. “Es una mina con tres tetas”, dijo. No está tan mal, después de todo si se piensa que el crack alimenta con su juego las esperanzas de los hinchas de Boca.
Siguiendo la misma lógica para ensalzar a Cristian David Lucchetti, el entrenador de Boca pudo haber dicho que se trata de un arquero con tres piernas, en referencia a la capacidad para salir jugando o pegarle de apuro a la pelota. Una virtud esencial para aplicar cuando las circunstancias de un partido lo requieren, algo que se repite constantemente en los equipos que juegan con línea de tres y practican el achique. Esa cualidad fue tomada muy en cuenta por Borghi cuando recomendó la compra (en realidad se concretó el pase a préstamo) del arquero.
Lucchetti no falló en este aspecto, pero resulta que mostró serias deficiencias con las manos. Errores de cálculo en los centros, inseguridad para retener la pelota y evitar el rebote se fueron encadenando en los 13 partidos que disputó su equipo en el actual campeonato: 13 encuentros, 16 goles en contra, un promedio altísimo que nada tiene que ver con su producción en el Banfield campeón del año anterior (sólo sufrió 11 goles en 19 partidos, el arco menos vencido de todo el torneo).
Hasta la décima fecha, a Lucchetti le habían marcado en todos los cotejos que jugó. En la 11ª y la 12ª (Huracán e Independiente, respectivamente) mantuvo el arco invicto y parecía que empezaba a afianzarse, pero en la 13ª tuvo responsabilidad directa en los dos goles de Argentinos Juniors (especialmente en el segundo), y ese mismo día surgió la pregunta: ¿lo sostendrá Borghi para el superclásico? La respuesta es conocida. Borghi lo desplazó.
Riquelme es contemporáneo de Lucchetti, al punto que nacieron con dos días de diferencia. Román, el 24 de junio del ’78, un día antes de la final del Mundial; el Laucha, el 26 de junio del ’78, es decir un día después de Argentina-Holanda. Javier Hernán García tiene 10 años menos, pero es, sin embargo, gran amigo de Riquelme, quien en otro momento tuvo varios cruces con Abbondanzieri, precisamente por esta cuestión. No habría que descartar que el 10 de Boca quiera en el equipo a García y por eso deslizara algunas críticas al ex arquero de Banfield, luego de la derrota ante Argentinos. En definitiva: mañana en la cancha de River va a atajar Javier García. Algunos hinchas celebran que Lucchetti no va a estar (luego de una discusión con Borghi, quedó borrado hasta del banco), otros recuerdan que García atajó en la noche del 0-1 contra Tigre en el triangular en el que Boca casi debe resignar el título. Y que luego de una prolongada ausencia, ocupó el arco con correctas actuaciones hasta que un par de canchereadas lo devolvieron al segundísimo plano. Vuelve Javier García y deja abierto el interrogante: ¿sabrá aprovechar esta buena oportunidad que se le presenta? ¿Podrá superar las presiones que suponen tener que atravesar esta nueva prueba de fuego?
Juan Pablo Carrizo, el arquero de River, vive un momento distinto y no padece grandes presiones directas, más allá de las que sufre el plantel en su conjunto. Sabe que es uno de los que mejor rindieron entre los futbolistas que regresaron o se incorporaron este año al club. Le hicieron 13 goles y no se le puede atribuir responsabilidad directa en casi ninguno de ellos. En una carrera irregular (no anduvo bien en la Lazio, tampoco en Zaragoza, fue borrado de la Selección Nacional tras el 1-6 contra Bolivia), Carrizo, como su homónimo Amadeo, parece haber nacido para el arco de River y nada más.
Carrizo jugó cuatro superclásicos con saldo favorable: dos ganados, uno empatado, uno perdido. El primero fue en el Apertura 2006, que ganó River 3-1 con dos goles de Higuaín. También salió victorioso en el Apertura 2007 (2-0, goles de Falcao y Ortega). Empató y fue la gran figura en el Apertura 2007 (goles de Ledesma y Rosales) y perdió en el último que jugó, en el Clausura 2008 (1-0, gol de Battaglia). García está invicto: dos jugados, dos ganados. Atajó en el Apertura 2008 cuando ganó Boca 1-0 con gol de Viatri y en el último superclásico, en la Bombonera, 2-0 con dos goles de Medel. Por primera vez van a estar frente a frente mañana en el Monumental. Lucchetti tal vez lo vea por TV.
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