Lunes, 17 de agosto de 2015 | Hoy
CONTRATAPA › DENUNCIAN RACISMO CON LOS JUGADORES DE COLOR EN LA LIGA DE ESE PAíS
El futbolista brasileño Hulk lanzó la voz de alarma hace unos días, después del sorteo de la fase preliminar del Mundial de Rusia 2018 y a menos de tres años del inicio: el racismo es un problema serio en los estadios del país que albergará el torneo. El delantero del Zenit de San Petersburgo ha sido víctima de gritos de simio por parte de los aficionados rivales. “Pasa en casi todos los partidos en Rusia. Si ocurriera durante el Mundial en 2018, sería escandaloso y feo”, señaló Hulk a las agencias internacionales de prensa. Si las obras de los estadios del Mundial avanzan bien, hay otra más preocupante, la de la lucha contra el racismo.
Por estas palabras, Hulk fue sustituido en la ceremonia del sorteo de la fase preliminar del Mundial por el ex capitán de la selección rusa, Alexey Smertin, anunció la FIFA en un comunicado. Según el texto de la Federación Internacional, la sustitución obedece a “compromisos del brasileño con el FC Zenit” de San Petersburgo, club en el que se de- sempeña el ex atacante del Porto. Smertin, de 40 años, un centrocampista que jugó en el Lokomotiv de Moscú, Girondins de Burdeos y Chelsea, entre otros clubes, jugó el Mundial de Corea del Sur y Japón, en 2002, y la Eurocopa de Portugal, en 2004. El ex jugador se unió al elenco de futbolistas en actividad o retirados que participaron en la ceremonia del sorteo, como asistentes al brasileño Ronaldo, al uruguayo Diego Forlán, al italiano Fabio Cannavaro, al camerunés Samuel Eto’o, al alemán Oliver Bierhoff, a los rusos Alexander Kerzhakov y Rinat Dasaev, al argelino Rabah Madjer y al serbio Predrag Rajkovic.
“Es un tema que no es fácil de superar y no se puede hacer de un día para otro o en sólo dos años. Es un problema de comportamiento, social. En Rusia no se entiende muy bien lo que es el racismo. Lo primero que hay que hacer es admitir que hay un problema, que las autoridades se den cuenta de que es así”, señaló Yuri Boychenko, jefe de la sección antidiscriminación de Naciones Unidas, en una rueda de prensa de la FIFA.
“El ministro de Deportes ruso y la Federación participaron en una reunión que espero sirva para concientizar a las autoridades de que tienen que asumir su responsabilidad y reaccionar cuando haya incidentes. Espero que se deje de negar que existe el racismo y que se critique este tipo de incidentes. Cualquier incidente merece una investigación exhaustiva”, añadió.
La semana pasada, el campeonato ruso comenzó mal. El centrocampista ghanés Emmanuel Frimpong fue expulsado, tras reaccionar de manera violenta a insultos racistas en el partido de su equipo, Ufa, contra el Spartak de Moscú (2-2). Tras la polémica por ese incidente, el ministro ruso de Deportes, Vitaly Mutko, anunció que su gobierno intensificará la lucha contra el racismo en el fútbol con inspectores especializados. “Los infractores no quedarán impunes”, aseguró. En 2014, equipos como el Spartak o el Torpedo de Moscú fueron sancionados por cánticos racistas.
La entidad europea decidió en 2013 un cierre parcial del estadio del CSKA de Moscú, tras cánticos similares contra Yaya Touré, centrocampista marfileño del Manchester City, en un partido de Champions. “En Rusia no dan mucho eco a todos estos incidentes”, afirma Hulk. “Es importante tener un sistema de observadores que controlen este tipo de incidentes. La federación rusa de fútbol ha nombrado a un comisario responsable para ello. Si no desaparecen, pediremos más esfuerzo al ministerio ruso de Deportes y a la Federación rusa”, explicó, por su parte, Boychenko. El argentino Federico Addiechi, responsable de desarrollo durable y responsabilidad social de la FIFA, función que se centra también en una dimensión educativa y social alrededor del fútbol, afirma que hay que luchar con fuerza contra el problema.
“Tendríamos que ser muy arrogantes o inocentes para decirle a Rusia lo que tiene que hacer. Nosotros tenemos que prevenir que se produzcan actos racistas en un evento que es responsabilidad nuestra. Tenemos que poner las herramientas necesarias para recabar pruebas y tomar sanciones contundentes. Tolerancia cero”, señaló Addiechi.
“El fútbol puede tener un efecto positivo en Rusia o el resto del mundo. A través de las medidas, tenemos que evitar que se produzcan actos racistas. No somos responsables de lo que pasa cada fin de semana en la liga rusa, pero si necesitan ayuda estamos ahí para ayudarlos”, añadió el argentino.
“En partidos de la FIFA hay veces que tenemos testimonios, pero las pruebas no son suficientemente buenas para poder sancionar. Hay que reforzar los sistemas de control, poner a observadores, responsables de recopilar pruebas para que luego la comisión disciplinaria pueda tomar las sanciones correspondientes”, concluyó Addiechi. La FIFA y el Comité Organizador de Rusia 2018 tienen tres años por delante para acabar esta difícil obra.
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