Lunes, 5 de mayo de 2014 | Hoy
BOXEO › UNA ESPECTACULAR PRESENTACIóN DEL SANTAFESINO MARCOS MAIDANA ANTE EL MEJOR CAMPEóN DEL MOMENTO
Floyd Mayweather podría darle la revancha en Las Vegas el próximo 13 de septiembre, después del fenomenal combate que finalmente ganó por puntos, respondiendo al desafío del argentino, que paradójicamente salió fortalecido.
Por Daniel Guiñazú
Fue tan bueno lo de Marcos Maidana a pesar de la derrota, tantas complicaciones le creó a Floyd Mayweather, tan vibrante espectáculo dio, tanto corazón desparramó, que la revancha quedó servida. Y por estas horas, tras la pelea que electrizó al MGM Grand Garden Arena de Las Vegas en la madrugada del domingo, hasta hay una fecha en danza para el segundo capítulo: el sábado 13 de septiembre, el “Chino” y “Money” podrían llegar a verse a las caras por segunda vez.
Nunca ha sido Mayweather un boxeador interesado en renovarles oportunidades a sus vencidos. De hecho, sólo en 2002 hizo pelea y desquite con el liviano mexicano José Luis Castillo. Al resto les ganó y los dejó de lado. Pero Maidana le propuso una emoción diferente: la de la pelea pura y dura. Y Mayweather la aceptó sin quitar el cuerpo a los intercambios. “Quise darle a la gente una buena pelea, espectacular, emocionante. Normalmente pego y me muevo, los boxeo. Ahora decidí darles a los fans una pelea más emocionante”, dijo el invicto estadounidense luego de haber ganado por puntos en fallo no unánime, retenido su título welter del Consejo y logrado la corona de la Asociación que Maidana había puesto en juego.
Y fue tal cual. Si un mérito esencial tuvo el santafesino, además de su coraje a prueba de balas, fue el de haber arrastrado a Mayweather (66,220 kg) a su propio terreno, al “dame que te doy”. Y si hay algo que distingue la victoria del estadounidense por encima de las 45 anteriores fue que la logró combatiendo en territorio ajeno. Soportó la presión insistente que Maidana (66,450 kg) le metió en los primeros rounds, se plantó a pelear, bancó los mazazos que le lanzaron (a muchos los hizo errar o los contuvo con su excepcional madeja defensiva) y, a la larga, hizo valer su calidad superior, la limpia ejecución de sus golpes y su talento nunca desmentido y siempre vigente. Dave Moretti lo reconoció ganador por 116/112 y, en coincidencia con la tarjeta de Líbero, Burt Clemens lo dio arriba por 117/111. En cambio, el jurado Michael Pernick derrapó: dictaminó un empate en 114 que jamás existió.
Es curioso: Maidana salió fortalecido pese a la derrota. No pudo pegar esa “mano salvadora” con la que le movió la estantería a Adrien Broner. No logró poner una sola derecha cruzada a la cabeza, ni hundir un solo gancho al hígado. Y tampoco tuvo resto atlético para sostener el asedio incesante al que lo sometió a Mayweather hasta el 5º round. Sin embargo, su crédito no ha sufrido mengua alguna. Era una proeza que le ganara al mejor boxeador libra por libra de la actualidad. Y resultaba lógico que perdiera. Pero lo hizo sin pasar papelones y poniéndolo en aprietos, haciendo una buena pelea. Si al promocionadísimo Canelo Alvarez, con todo el poderoso apoyo mexicano detrás, Mayweather le dio una clase magistral de boxeo, a Maidana debió tomarlo muy en serio: el santafesino fue un toro bravo que siempre estuvo ahí encima, amenazándolo con hacerle un desastre en la primera de cambio.
Para contenerlo, Mayweather debió apelar a lo mejor de su oficio. Y a un coraje que algunos todavía se empeñan en negarle: en el 4º round sufrió un corte debajo de la ceja derecha y tuvo su visión complicada hasta el 6º. Cuando resurgió, lo hizo revitalizado. Sin brillar, ni juguetear. Pero con clase de peleador. La izquierda en anticipo, la derecha cruzada a la cabeza y, sobre todo, los ganchos al cuerpo carcomieron las energías de Maidana, quien ya no logró recuperar la iniciativa y la frescura con las que gobernó estratégicamente el combate hasta el 5º round. Desde el 6º y hasta el 12º, que volvió a adjudicarse el Chino, se los llevó Mayweather.
Habrá que negociar mucho para cerrar la segunda versión del duelo. Un negocio multimillonario en dólares, como lo es una pelea en el más alto nivel del boxeo mundial, no se define en una conferencia de prensa, ni es un acto de mera buena voluntad entre las partes. “Si los aficionados la quieren otra vez, la hacemos otra vez. Pero antes quiero saber cuánto me van a pagar”, expresó Mayweather. Maidana, con su autoestima alta después de 36 minutos de pura acción, respondió: “La revancha se la tengo que dar porque yo gané la pelea”. Y Richard Schaefer, el vicepresidente ejecutivo de Golden Boy Promotions, la empresa que organizó el show, garantizó la fecha de septiembre, también en el MGM. Habrá que ver qué opina al respecto Al Haymon. El poderoso productor y ejecutivo de la industria de la música rap, acaso la personalidad más influyente del pugilismo en la actualidad, es el dueño de los contratos de ambos boxeadores. Seguramente querrá tener la última palabra sobre el tema.
Si finalmente no se diera el desquite con Mayweather, las puertas del negocio seguirán abiertas para Maidana más allá de la derrota, la cuarta de su carrera. Keith Thurman, el campeón interino welter de la AMB; Shawn Porter, el invicto campeón de la Federación; o Amir Khan, el inglés que ya lo venciera en 2010, forman un trío de rivales que no sólo le garantizan dinero grande y vigencia al Chino. También promete emociones fuertes. Las mismas que Maidana produce cada vez que suena la campana.
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