Lunes, 28 de septiembre de 2015 | Hoy
BOXEO › OPINIóN
Por Daniel Guiñazú
La amplia derrota por puntos de José Roberto Sosa ante el campeón japonés Kazuto Ioka por el título mosca de la Asociación cerró una semana de resultados desafortunados para el boxeo argentino a nivel internacional. El martes en los EE.UU, el zarateño Luis Cusolito había perdido por nocaut técnico en el 12 asalto frente al mexicano Moisés Flores por el interinato supergallo también de la AMB. Y el platense Luciano Cuello había sido arrasado en 90 segundos por el invicto superwelter estadounidense Julian Williams. En verdad, no había grandes expectativas de que Sosa pudiera revertir en Osaka (Japón) la tendencia negativa. Y los hechos terminaron dándose sin apartarse un paso de lo esperado.
Sin embargo, nada se le puede reprochar al desafiante cordobés. Peleó desacomplejado y llevo más o menos parejas las acciones en la primera mitad de la pelea. Después, a la larga, terminó sucumbiendo ante el superior talento de Ioka (50,802 kg) y sus propias limitaciones. Lanzó muchos golpes, marró demasiados y fue un bocado servido a gusto de las piernas ágiles, la cintura cimbreante y la izquierda certera y sostenida del japonés que se impuso los últimos seis asaltos de corrido y arribó a una victoria innegable y holgada (119/109 en dos tarjetas y 120/108 en la restante, Libero dictaminó 117/111).
Sosa (50,345 kg) hizo lo que pudo con enorme voluntad de pelea y no le alcanzó. Pero más que por sus propios méritos, llegó a la chance por una jugada a dos bandas de su manager, Osvaldo Rivero, quien apostó a que el cordobés diera el batacazo. Pero sin descuidarlo a Juan Carlos Reveco, el ex campeón de esta categoría, que perdió la corona en abril pasado ante Ioka en un fallo injusto. Y que ya tiene firmada la revancha con el japonés para el 31 de diciembre también Osaka.
O sea que todo ha quedado en orden en el ámbito de los 50,802 kg (el límite del peso mosca) porque nada ha escapado de lo previsto. Ioka retuvo sin inconvenientes, Reveco derrotó por puntos el sábado por la noche al probador venezolano Breilor Terán en Bahía Blanca y el desquite entre ambos está firmado para el último día del año. En ese contexto, Sosa no pudo escapar a su destino. Fue lo que tenía que ser: un retador en tránsito. Un muchacho empeñoso y corajudo que tenía que perder. Y que perdió. Con la frente alta y sin derecho al pataleo.
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