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“Ahorita mismo lo peleo” dijo, exultante, el mexicano Saúl “Canelo” Alvarez. A pocos metros, sobre el ring flamante del T Mobile Arena de Las Vegas, el nuevo estadio que se abrió para el boxeo el sábado a la noche en la capital del estado de Nevada, lo escuchaba Gennady Gennadievich Golovkin, el noqueador kazajo, campeón de los medianos de la Asociación y la Federación e interino del Consejo. El real destinatario de esas palabras.

Pocos minutos después de propinarle a los 2 minutos y 37 segundos del sexto round un nocaut antológico al inglés Amir Khan y retener por primera vez la corona de los medianos del CMB, el Canelo empezó a preparar el clima para una megapelea unificatoria que algunos suponen se verá a mediados de septiembre y que otros creen que sucederá más adelante.

Los hechos parecen imponer inevitablemente el choque entre Golovkin (invicto en 35 peleas con 32 triunfos por fuera de combate, los últimos 22 de manera consecutiva) y Alvarez (que acumula 47 victorias, 33 antes del límite, 1 derrota con Floyd Mayweather y 1 empate). Pero las negociaciones no serán sencillas por más que hoy mismo el Consejo convocará a los managers de ambos (Tom Loeffler por el lado del kazajo, Oscar de la Hoya por el del mexicano) a sentarse a una mesa para intentar el gran acuerdo.

La traba no son los dólares sino los pesos. Y no se hace referencia al dinero. Golovkin es un mediano natural que da con comodidad los 72,574 kilogramos límite de la categoría. En tanto, Alvarez es un superwelter grande que en sus últimas salidas ante Miguel Cotto y ante Khan registró 70,310 para poder pelear en esa división. GGG pretende que el Canelo suba los 2,200 kilos que le faltan, el Canelo quiere que GGG los baje y en ese toma y daca de la balanza se encierra el destino acaso de la megapelea más esperada del boxeo mundial luego del fiasco de Mayweather y Pacquiao del año pasado.

Golovkin necesita más al Canelo que el Canelo a GGG. El kazajo es la máxima sensación del pugilismo actual. Pero no son pocos los que dicen que, más allá de su record aterrador, llegó adonde llegó sin haber peleado verdaderamente con nadie importante. Y que un triunfo (o una derrota) ante el pelirrojo mexicano dará la pauta de su real valía. Alvarez es más joven (tiene 25 años contra 34 de GGG).

Pero cuenta con mayor oficio a la hora de las peleas grandes. No es un mediano natural. Y se arrimó a las 160 libras para buscar allí los millones que su categoría no le brinda. Golovkin está en su radar. Luego de arrasarlo a Khan siente que lo tiene mucho más cerca que antes.