Lunes, 12 de septiembre de 2011 | Hoy
BASQUETBOL › LA ARGENTINA SE QUEDó CON EL PREOLíMPICO DE MAR DEL PLATA AL SUPERAR A BRASIL
De la mano de Luis Scola, el Jugador Más Valioso del certamen, la Generación Dorada agregó el título a la clasificación para los Juegos Olímpicos de Londres, lograda el sábado. Una actuación que mezcló emoción y éxito.
Por Ariel Greco
Desde Mar del Plata
Alex la tiró larga en busca de llegar al fondo como puntero derecho para buscar el milagro, pero el líbero llegó a tiempo y cruzó para quedarse con el balón del partido. Como reza el dicho, la pelota buscó al jugador... Con ese cierre, Luis Scola, el capitán argentino, el goleador del campeonato, el mejor jugador del torneo, completó su noche mágica con 32 puntos y terminó con las aspiraciones de un Brasil peleador hasta el último segundo. Así, la Generación Dorada festejó el título del Preolímpico, tal como lo había hecho en el Premundial 2001 de Neuquén, cuando recién arrancaba este ciclo inigualable del deporte argentino de la mejor Selección Argentina de toda la historia. El marcador se clavó en 80-75 con esos dos tiros libres de Scola, para que el Polideportivo viviera otra jornada gloriosa, con más de 9 mil almas festejando el título, el premio extra tras la clasificación lograda el sábado.
El partido tuvo un arranque calcado al del sábado ante Puerto Rico. Con Scola como abanderado del ataque argentino, el equipo de Lamas empezó a tomar pequeñas ventajas. Sin embargo, recién cuando se plegaron otras vías de gol, como dos triples consecutivos de Delfino, y se ajustó la defensa, la diferencia se hizo apreciable. El parcial 14-8 obligó al primer tiempo muerto de Magnano, pero las soluciones no llegaban. Aislado el base Huertas del resto del equipo y con problemas de faltas, el ataque de Brasil se nubló. Tan sucias eran las ofensivas, en parte mérito de la marca argentina, que el conjunto de Magnano apenas anotó un punto en los últimos seis minutos del primer cuarto, sólo nueve a lo largo del parcial y terminaron con 27 en la primera etapa. Sólo Marquinhos logró escaparse del cerrojo defensivo y mantuvo cerca a su equipo con 12 puntos. La buena entrada de Jasen, con un triple, un robo y un doble consecutivos sirvieron para que Argentina sacara una máxima de 12 al cerrar el primer cuarto.
Pero como si debieran repetirse las similitudes, Scola arrancó el segundo cuarto cometiendo su segunda falta. Como el sábado, Lamas lo sentó. Y otra vez el ataque argentino se bloqueó sin su faro, con Ginóbili chocando ante la áspera defensa de Alex y sin variantes en el resto del conjunto. Para colmo, con un parcial 9-0, Brasil se le vino encima para colocarse a sólo dos puntos (25-23). La gran diferencia esta vez fue que Lamas mandó a Scola de nuevo al parquet. El capitán respondió con seis puntos seguidos y una asistencia para Kammerichs, para que Argentina recuperara la ventaja y, sobre todo, la confianza.
Brasil no quiso que la fiesta fuese sencilla. Por eso, con una defensa al límite, incluso en algunos casos fuera del reglamento, y con la intensidad de un conjunto mucho más joven en edad, recortó ventajas y llegó a pasar al frente. Para colmo, Argentina estaba cargado de faltas y Ginóbili tuvo que sentarse algunos minutos. En el arranque del último cuarto, Brasil hizo un parcial 8-0 y se puso 56-50. Se venía la noche. Y el público así lo entendió. Otra vez el “Argentina vamos, ponga huevo, que ganamos” pareció entonar a Kammerichs, que anotó cuatro puntos consecutivos para transformar al estadio en una caldera. “Y ya lo ve, son los bigotes del Yacaré”, se transformó en el hit de la noche, en referencia al particular look del correntino.
Y entonces afloró el orgullo. Ya no había táctica ni estrategia. Todo era corazón. Y en ese aspecto nadie mejor que la Generación Dorada, a pesar del susto del final. Con Ginóbili en una mala noche, la posta la tomó Scola, que completó la faena, como lo había hecho en aquella memorable tarde de Las Vegas 2007, cuando se cargó solito al equipo al hombro y lo llevó derechito a Beijing. Ahora, junto con sus amigos, escribió otra página gloriosa para un equipo irrepetible.
80- ARGENTINA
Prigioni, 10; Ginóbili, 8; Delfino, 16; Kammerichs, 7; Scola, 32 (fi); Sánchez, 2; Oberto, 0; Quinteros, 0; Jasen, 5.
DT: Julio Lamas.
75- BRASIL
Huertas, 7; Alex, 6; Guilherme, 8; Marquinhos, 17; Tiago Splitter, 12 (fi); Marcelinho, 7; Luz, 6; Rafael, 10; Benite, 2.
DT: Rubén Magnano.
Estadio: Islas Malvinas.
Arbitros: Vicente Bulto (España), Sasa Pulk (Eslovenia), Anthony Jordan (Estados Unidos).
Parciales: Argentina 21-9, 35-27, 50-48.
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