Lun 21.03.2005
libero

AUTOMOVILISMO Y MOTORES › JUAN MARIA TRAVERSO VENCIO, PERO FUE CUESTIONADO

Un ganador en suspenso

La carrera de TC en La Plata aún no terminó:
las bielas del motor del piloto de Ramallo pesan menos de lo permitido. Se define mañana.

Por P.V.

En la pista, la victoria había sido inobjetable; pero en la fosa, a la hora de la verificación técnica, la objeción fue evidente: las bielas nacionales del motor Cherokee que llevó a Juan María Traverso a cubrir antes que nadie las 25 vueltas en el autódromo de La Plata pesaban 10 gramos menos de lo tolerado. Pero el piloto del Torino no perdió (todavía) su triunfo, ya que su equipo apuntó contra la balanza en la que se habían pesado los elementos, y logró que la decisión se postergue hasta mañana. Traverso es el ganador en suspenso de la tercera carrera del torneo 2005 de Turismo Carretera.
La mañana se había consumido con el inesperado triunfo en el TC Pista, la antesala del TC, de Josito Di Palma, el nieto de Luis, que ganó su primera carrera en el automovilismo nacional con 16 años recién cumplidos, y la manera en que Traverso llegó a la punta de la carrera, cuando la batería del Ford de Gabriel Ponce de León, puntero hasta la vuelta 12, se quedó sin corriente.
Mariano Altuna (que puede quedar consagrado como ganador si finalmente se decide desclasificar a Traverso) y Norberto Fontana quisieron correr al Torino violeta, pero se conformaron con los escalones inferiores del podio... o no tanto. Fontana había cargado antes de la carrera contra el motor de Traverso: él usa uno similar, pero sugería que el luego sospechado podía contener algún fierro distinto: “Va muy rápido...”, señaló con cierta ironía. La discusión, incluso, tuvo otro capítulo antes de la largada entre ambos pilotos.
Sobre el circuito, cuando la lluvia insistió, Altuna logró acercarse a Traverso; cuando, en cambio, el agua cesó, el Flaco impuso una diferencia tranquilizadora, manejando con sumo detalle.
Pero llegó el momento de la revisación técnica: pesar las bielas es una tarea habitual, aunque no frecuente. Según el reglamento técnico, esas piezas, que son de procedencia libre, pueden pesar no menos de 620 gramos, con una tolerancia de 30 gramos: eso lleva el peso mínimo tolerado a 590 gramos: las de Traverso pesaban 580.
Una novedad desagradable para un equipo como el de Traverso, que el viernes había sufrido un problema similar cuando el coche no superó el gálibo de la altura mínima y los tiempos del piloto fueron desechados. La cara de Marcos Laborda, el director técnico de la escuadra, lo decía todo. “Estoy perplejo”, señalaba. Pero reaccionaron objetando la balanza con que se habían pesado las bielas. Como el reglamento lo permite, la clasificación quedó en suspenso.
Las bielas se guardaron en una caja que se precintó luego, y están depositadas en la caja fuerte de la sede de Asociación Corredores Turismo Carretera (ACTC), allí donde mañana serán pesadas nuevamente.

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