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Lunes, 9 de mayo de 2005

AUTOMOVILISMO Y MOTORES › F-1: KIMI RAIKKONEN GANO EN ESPAÑA

Alonso, para campeón

El español terminó segundo delante de sus hinchas y consolidó su ventaja en el Mundial. La Ferrari continúa sin poder levantar cabeza.

En estos tiempos de hipocresía barata, en los que cuesta muy poco encontrar condenas fáciles y mediáticas, vale el ejemplo. El finlandés Kimi Raikkonen, piloto del equipo McLaren de Fórmula 1, protagonizó algunos escándalos antes del inicio de la temporada 2005. Mientras la moralina imperante esperaba, casi que reclamaba un castigo ejemplar contra el volante, el dueño del equipo McLaren, Ron Dennis, realizó una defensa tajante de su corredor: “Lo que haga Kimi de su vida privada no nos compete”, aseguró entonces, aunque la corrección política de una actividad tan marketinera de la F-1 tornase casi obligatoria la ejecución pública.
Raikkonen respondió a esa confianza asestando ayer un golpe de gracia al estado actual de la F-1: si había una pista en la que Fernando Alonso quería ganar, no era ni Sepang en Malasia, Sakhir en Bahrein o incluso Imola. Alonso quería dejarla así de chiquita en el Montmelo de Granollers, a 30 kilómetros del centro de Barcelona, donde el espectador de mayor jerarquía suele ser el rey don Juan Carlos de Borbón, y hacia abajo la cuenta alcanzaba a los 115 mil mortales. Pero se tuvo que conformar con el segundo lugar. Lo que no es poco, se verá.
Al McLaren MP4/20 le faltaba un golpecito de horno: en los cuatro primeros Grand Prix del año sumaron puntos los cuatro pilotos que lo manejaron (Raikkonen, Montoya, De la Rosa y Wurz), pero a ritmo de punta se rompía, como le sucedió al finlandés en Imola. Ahora está en su punto óptimo. Al comienzo de la carrera, Raikkonen le sacaba en promedio un segundo por vuelta a Alonso. ¿Era porque corría más liviano, con mucha menos nafta?
Cada kilo adicional en Barcelona cuesta, más o menos, 1/10 de segundo; si toda la ventaja hubiera sido por esa causa, Raikkonen debiera haber largado con 10 kilos menos de combustible que Alonso; como en cada vuelta se consumen unos 2/8/3 kilos, el McLaren podría haberse detenido a reabastecerse cuatro vueltas después que el Renault. Pero la diferencia fue de sólo dos: Alonso paró en la 25, Raikkonen en la 27. Esa diferencia contó por apenas medio segundo por vuelta. El otro medio segundo hay que adjudicárselo a la performance global del McLaren sobre el Renault, que hasta España estaba invicto.
Alonso fue segundo, pero sumó ocho puntos: le lleva 18 de ventaja a Jarno Trulli y 27 a Raikkonen, pero los que le importan son los 34 que lo separan de Michael Schumacher, el campeón mundial que no termina de despertar de su pesadilla. La Ferrari F2005 no cuenta en rendimiento para una vuelta de clasificación, y por eso el alemán tiene que apostar sus fichas a la estrategia, largando con el coche muy pesado, con nafta para hacer media carrera: en Imola le valió el segundo lugar, pero en Cataluña las Ferrari castigaron excesivamente sus neumáticos y volvieron a quedarse sin puntos: Schumi pinchó dos gomas y Barrichello quedó noveno.
Eso significa que Alonso puede ser, definitivamente, campeón del mundo a final de temporada. Tiene asistencia perfecta al podio en lo que va del 2005, su coche sigue siendo de punta, pese a que ahora se agite el fantasma McLaren. Dueño de una frialdad imprescindible para ganar un campeonato en estos tiempos, ya resolvió la candidatura interna imponiéndose a su coequiper Giancarlo Fisichella y ahora va por las generales.

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Raikkonen delante, Alonso detras.
 
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