La Dodge Nº 38 que conducía Alberto Noya entró en trompo en la primera chicana durante la carrera de TC Pista, telonera del Turismo Carretera, y fue impactada violentamente en el lateral derecho por el Ford de Hugo Fayanás, cuando se circulaba, según este último, a alrededor de 200 km/h. El impacto fue tremendo y la carrera fue detenida con bandera roja.

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Con múltiples traumatismos cerebrales, Miller falleció cuando era trasladado al hospital de Rafaela. Noya fue trasladado anoche al Sanatorio Güemes de la Capital para operarlo o colocarle una válvula intracerebral: se encontraba en coma profundo con respiración asistida, tras sufrir un paro cardíaco durante el traslado desde el autódromo hasta el hospital, además de múltiples traumatismos, incluido uno cerebral.

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Los pilotos de TC se autoconvocaron y se reunieron con el presidente de la ACTC, Oscar Aventín. Ernesto Bessone (foto) fue el portavoz al anunciar que habían decidido no correr, solidarizándose “con las familias involucradas en el trágico accidente y por respeto a las mismas, así como también por los colegas accidentados”.

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Marcos Di Palma (foto) pidió al público que esta vez los acompañaran a ellos en el dolor, pero recibió insultos y agresiones. “Corran, cagones, se caen aviones y todo sigue igual”, “me cagaron 40 pesos, ¿qué se creen ustedes...?”, le gritaron. “Cuando vi que todos los pilotos estaban igual, me sentí bien y me dije: ‘No soy el único tarado que pensó en no correr’ –señaló–. Ninguno pensó en correr, pero sí algunos pensaban en largar y después abandonar.”

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La suspensión de la carrera de TC provocó numerosos incidentes en la zona de boxes con los propios pilotos, responsables de los equipos, periodismo y autoridades. Hubo apretadas a Bessone, Lalo Ramos y Mariano Altuna, entre otros, más algunos robos e incendio de cubiertas en la pista. En la semana se decidirá la suerte de la carrera: Guillermo Ortelli (Chevrolet), José Ciantini (Dodge Cherokee) y Fabián Acuña (Ford Falcon) habían ganado las series matinales.