Con el 60 por ciento de los competidores que tomaron la partida en el Obelisco nueve días antes, el Dakar puso proa a Buenos Aires, con los Patronelli mandando todavía entre los cuatriciclos, pese a la comedia de enredos puesta en escena el sábado, en el día de descanso en Antofagasta, y con Carlos Sainz al frente de la general, cuando la extenuante prueba ya llegó a Copiapó, tras una jornada marcada por el cruce de 100 kilómetros de dunas con una altura de hasta mil metros, y a la que le quedan todavía seis etapas. Orlando Terranova, el argentino mejor colocado en la prueba, fue sexto en la etapa de ayer y viaja undécimo.

“Fue una etapa increíble, además de larga: nunca vi tantas piedras juntas en mi vida”, reaccionó Sainz, que sigue liderando la prueba, con una ventaja de casi un cuarto de hora sobre su compañero Nasser al Attiyah. “Pinché una goma a los 130 kilómetros y otra cuando faltaban 200. Nos quedamos sin rueda de repuesto. Sabía que los últimos 60 kilómetros eran de arena con dunas, pero hasta que no llegué no estuve tranquilo. Si hubiera sufrido el tercer pinchazo, hubiese tenido que pararme y esperar que llegara algún otro (Volkswagen) Touareg, y no sé si me la hubiera dejado (la rueda) o no”, apuntó sonriente.

La etapa la obtuvo Stephane Peterhansel (BMW), que consiguió así su 54a etapa en un Dakar, record absoluto, pero compartido con el camionero ruso Vladimir Chagin, que lidera su división (ver aparte). “Esta etapa fue cosa seria –reconoció el francés–, con tramos pedregosos en los que había que conducir con muchísima delicadeza para no pinchar.” Peterhansel marcha cuarto en la general, el mejor de los que no conducen un Volkswagen, aunque a dos horas de Sainz. Terranova, en cambio, está undécimo, a cinco horas y 12 minutos.

Marcos Patronelli volvió a ganar una etapa, la quinta de este Dakar 2010, después de recorrer los 472 kilómetros cronometrados en 7h25m38s, apenas 56 segundos menos que su hermano Alejandro. “No pude descansar ni un segundo, siempre concentrado en el camino –contó en Copiapó–. Pinché una goma, perdí diez minutos, me fue imposible ir más rápido.”

Ahora Marcos le lleva 2 horas y 23 minutos a su hermano; mientras que el español José González Corominas, el tercero de la clasificación, se ubica a tres horas y 27 minutos. De los 12 pilotos que seguían en competencia ayer en cuatriciclos, la mitad son argentinos.

Erick Nevels, el mendocino que es comisario deportivo de la prueba para las motos, habló sobre el episodio que tuvo el sábado a los Patronelli como protagonistas: “Había rumores de que ellos estaban siendo asistidos por afuera y procedimos a realizar una investigación –le dijo al sitio corsaonline–. Yo me enteré de la sanción cuando hice la traducción. Ellos dicen que yo estuve detrás de eso, pero no es así. No tengo nada que ver. Y si Patronelli dice que son otros los que están compitiendo con asistencia externa, debería denunciarlo formalmente”.